Vacaciones

Viernes, 3 de julio de 2009

Voy a repetírmelo que no me lo creo: «vacaciones, vacaciones, vacaciones…» Cumplimos con la tradición: vino mi madre, pasó revista al año, la liamos con un cohete, emoción, agradecimiento, esfuerzo justificado… Todas esas cosas que normalmente trae de serie el último programa de la temporada. Pero, esta vez, me parece que la satisfacción merece una explicación.

Vacaciones

Hemos culminado una quinta temporada con brillantez, muy buenos resultados y una sensación de que el programa se ha revalorizado, ha hecho su enésima reinvención y mira al futuro con orgullo y muchas cosas que decir. ¿Por qué? Porque nos lo curramos.

Porque hay un equipo que se deja la piel y me acompaña, me mima, me hace mejor y se cree lo que hace. ¿Que hay que pasar a una cadena pequeña? Pues se pasa y se demuestra que «pequeño» es sólo un adjetivo para calificar a los directivos de televisión. No hay cadenas pequeñas. Hay proyectos, ganas, riesgo y TELEVISIÓN. Un arte precioso, a pesar de que algunos quieran convertirlo en un supermercado barato.

Era bonito ver improvisar a… ¡mi madre! Si es que me viene de familia. Han sido diez meses repletos (atiborrados) de tele, teatro, libros, trabajo en la productora y mucho más. «¿Vas a descansar?», me preguntaban. «Pues sólo lo justo», porque a los que nos gusta que pasen cosas, la inactividad nos aplatana. Lo justo para coger carrerilla.

Muchas, muchas gracias a todos.

Orgullo

Miércoles, 10 de junio de 2009

Recuero cuando hacíamos EL TERRAT en Radio Barcelona. Iñaki y su «Hoy por Hoy», eran el buque insignia, abrían camino y luego, salíamos al aire nosotros. Detrás del monstruo del periodismo, los graciositos. ¡Quién me iba a decir que muchos años después, mantendríamos una conversación como dos compañeros que, además, simbolizaba la caída del telón de acero entre dos grupos audiovisuales!

Orgullo. Es lo que sentí. Orgullo de estar ahí y de mi equipo que luchó por producir un momento televisivo inédito y estimulante. No tengo ni idea de lo que va a pasar. Parece que el fútbol, como moneda de cambio, ha pacificado el panorama hasta el punto de que podría crearse un nuevo grupo audiovisual. Yo sólo pido estar con mi gente (delante y detrás de las cámaras), haciendo un programa de televisión. Nada más y nada menos.

El ejemplo americano

Miércoles, 3 de junio de 2009

Estos días se habla del relevo al frente del mítico «The Tonight Show» de la NBC, que acaba de coger Conan O’Brien, tras 17 años de lideraje indiscutible de Jay Leno. O’Brien hacía «The late Show», justo después, durante 16 años. El pelirrojo se ha trasladado a Los Angeles y sus primeras palabras han sido «Creo que he hecho una movida perfectamente sincronizada. Me he cambiado a una cadena que está en último lugar, a un estado que está en bancarrota y además «The tonight show» está auspiciado por General Motors».

Pero eso no es todo. Será bueno recordar que, antes de Leno, el anfitrión por excelencia era Johnny Carson que se mantuvo en antena 30 años. Sí, sí. Desde 1962 a 1992. Carson siempre será el clásico (O’Brien le admira), el gran presentador de todos los tiempos.

Y antes estuvo Ed Sullivan y Jack Paar y otros monstruos de la televisión de variedades, cómica, libre y repleta de música y buenos invitados. (Hagan el ejercicio de imaginar que se emitía en España por aquellas fechas). Confesión: el día que estoy un poco bajo de ánimo, entro en sus webs, repaso su historia o reviso viejas grabaciones. Entonces pienso: ¿de qué demonios te quejas, Andreu, que solo llevas cinco míseros años y cerca de setecientos programas. Me vengo arriba y me digo: «Venga, vamos a levantar el vuelo una noche más porque creo en este tipo de televisión y en todo lo que representa.»

Creo en ella desde que en 1995, el desparecido Joan Ramon Mainat me enseñó un vídeo de David Letterman (para mi sigue siendo el mejor) en la calle Bergara de Barcelona y pensé que yo quería hacer algo así. Porque se parecía a la radio que es de donde vengo y porque me permitía expresarme como soy, con mi visión del mundo, con mis colaboradores/compinches y un equipazo detrás que hace posible el milagro. Lo probé en TV3 con muy buenos resultados y luego para toda España para crecer artísticamente en contra de cualquier otra idea nacionalista o mercantilista. ¡Me permitían ganar más público y mejores invitados! ¡Y yo sabía hablar castellano!

¿Y todo eso es fácil? No. Nada es fácil y mucho menos en un país donde la vida atormentada y repetitiva de Belén Esteban es un contenido que encima proporciona audiencia. Una vergüenza claro, pero es lo que hay. Un país donde los jugadores del Barça que viven a diez minutos en taxi de mi plató, dicen que no vienen porque están cansados. En verdad pienso que el hecho de que no quieran perder media hora con nosotros, es malo para todos. Pero no quiero insistir que parece una pataleta.

Hicimos un programa redondo y en directo dedicado a la victoria del Barça. Y lo volveríamos a hacer. Nosotros seguimos dale que te pego, convencidos de que nuestro producto tiene sentido a pesar de las corrientes baratas de la televisión actual y un futuro incierto del sector, con el agravante de la dispersión internetera y la crisis económica. Si crees en algo, persiste en ello. Cuando nos fuimos de Antena3 (cinco minutos antes de que nos echaran), una directiva de otra cadena me ofrecía un programa semanal los domingos. Dije: «no, yo sigo con lo mío que todavía tiene vida». «Eso es muy quijotesco», me dijo. Ese es el problema de la España acomplejada, miope, poco moderna y conservadora: que lo digno y difícil se considera quijotesco y poco rentable.

Cuando sigo, como ahora, las novedades americanas me dan un poco de envidia. Por su tradición, por sus medios, por sus presupuestos. Pero luego pienso que nosotros tenemos alma, incorrección, latinidad, improvisación y un orgullo del tamaño de la Sagrada Familia. Por eso salimos al aire cada noche aunque no esté nada claro que, después de nosotros, alguien recoja el testigo. Pero ese… ese no es nuestro problema. Nosotros no podemos volcarnos en el presente con todo nuestro corazón y encima pensar en el futuro. Hasta la noche, amigos y que Johnny Carson nos bendiga a todos.
Conan O'Brien

El placer de hablar con Albert Om

Lunes, 1 de junio de 2009

Llevo ya algunos años en los platós de televisión y puedo decir que uno de los mejores entrevistadores es Albert Om, «El club», TV3. Es un hombre culto, simpático e inteligente que «deja» hablar y escucha. ESCUCHA. Cuando está a tu lado, dices más cosas de las que piensas e incluso puedes pensar lo que dices. Un verdadero mérito en la precipitada y devaluada televisión de magazines de España, donde si no conoces a Belén Estebán, parece que no eres nadie. Pues no. Hay programas donde se buscan invitados, se documentan y se intenta hablar de cosas interesantes.

Fui hace pocos días por sexta vez y lo hice para hablar del libro de fotografías del programa. ¡De fotografía! Una de mis pasiones. Y, además, me pidieron que antes de entrar hiciera algunas fotos rápidas que luego comentamos en directo. ¡No me lo podía creer! Estoy enormemente agradecido a Albert por la oportunidad. Aquí dejo la entrevista (en catalán) y todas las fotos que hice. No todas las pusieron. La de Puyal, por ejemplo, no salió. A ver si no va existir como, según la leyenda, le pasa a Jordi Hurtado. Un abrazo Albert y descansa que te lo has ganado. Pero no descanses mucho que la tele no se lo puede permitir.



El placer de hablar con Albert Om #1
El placer de hablar con Albert Om #2
El placer de hablar con Albert Om #3
El placer de hablar con Albert Om #4
El placer de hablar con Albert Om #5
El placer de hablar con Albert Om #6
El placer de hablar con Albert Om #7
El placer de hablar con Albert Om #8

En el cielo

Martes, 19 de mayo de 2009

El jueves emitimos el programa desde un avión, en el aire, en el cielo, a muchos metros del plató. El esfuerzo de producción, técnico y humano es impresionante. Las horas invertidas, las reuniones, las ganas, la complicidad los amigos, las ideas que hay en el proyecto son incalculables. Todo eso que luego no debe notarse para que parezca «fácil», pero que demuestra la capacidad de un equipo de televisión que, como digo siempre, es el mejor de España pero con diferencia. Y todo eso, después de ocho meses de temporada con programa diario a las espaldas. Vale la pena verlo. El jueves a las doce.

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