La próxima vez que usemos la expresión «hacer el indio» (muy frecuente en catalán), tengamos presentes estas imágenes. Solo eso.
Hacer el indio
Peligro
El peor enemigo de la dignidad es el tiempo libre.
Buscar, buscar
Sigo con el vicio (y va en aumento) de buscar y buscar imágenes por los rincones más insospechados de la web. Me maravilla el archivo infinito que tenemos a nuestra disposición. Por eso las colecciono. Como cromos. Por eso las cuelgo en yohevistocosasquevosotrosnocreeriais.
Algunas fotos me sirven para futuros dibujos, otras no lo sé. Pero ahí están. Como ésta, de una mujer detenida por la policía norteamericana. Si no fuera porque pone el año (1962), diría que se trata de Berto. Voy a seguir pescando, infiltrándome, cortando y pegando. La búsqueda no cesa y no hay una finalidad ni un objetivo concreto. Eso es lo que más me gusta.
Losing my pelo
Otro parecido irrazonable. Si José María Iñigo se adelgazara 72 kilos, aprendiera a cantar en inglés y a componer himnos generacionales de los años 90, sería clavado al mítico Michael Stipe de REM. El norteamericano de mirada lánguida, desde que perdió su pelo, va probando diversos aspectos. Un día se dejó crecer el bigote.
Intercambio
El amigo de un amigo me dejó su casa durante unos días, situada cerca del mar. Dejar tu casa es un acto de generosidad que no todo el mundo sabe o está dispuesto a hacer. Y, además, no quería cobrarme. Pensé que podía pintar alguna cosa y regalársela como símbolo de agradecimiento. Encontré una completísima tienda de bellas artes y me hice con todo lo necesario. Decidí que lo haría todo con acrílicos.
Monté mi chiringuito y la inspiración hizo el resto. Alguien me dijo: «podrías establecerlo como un intercambio. Te dejan la casa y tú les pintas una obra». Oye, pues no está mal visto…