El vuelo es largo, no tienes sueño, la revista no tiene ningún interés, no tienes cobertura telefónica y dispones de un rotulador…

El vuelo es largo, no tienes sueño, la revista no tiene ningún interés, no tienes cobertura telefónica y dispones de un rotulador…


El equipo de rodaje de «El culo del mundo» por las calles de Santa Fé.

Se compra un billete de tren en el AVE. Se sienta uno en la ventanilla. Se dispara con el teléfono en posición panorámica. Se mueve la cámara tal como te lo pide, pero -¡ojo!- el paisaje también lo hace ya que vas a 260 kilómetros por hora. El resultado es una foto fragmentada, desestructurada, una foto de fotos. Lo llamaremos: fotografía tecnoemocional. (¿Estás de acuerdo Pau Arenós?)
