Le pregunté a un africano como se escribía café en swahili. Lo escribió en su mano y me lo mostró. Ni iPhone, ni wifi, ni bluetooth, ni ostias.
Café
Las tiendas de discos
Qué pena que desaparezcan las tiendas de discos. Lo digitial se ha comido algo más que los vinilos. Se ha cargado pequeños santuarios, reservas naturales de locos por la música. AMOEBA en San Francisco, resiste. ¿Podrán con ella?
Warholiano
Si te gusta el arte y estás en Nueva York, acabas adoptando a Andy Warhol como un santo laico de la religión de los estetas. Es omnipresente.
El artista del pelo blanco me persigue por todas partes. Me mira desde una foto en la habitación del hotel, me espera en los libros de arte a la venta, su nombre cuelga de las pancartas de Union Square. Estuve en Whasington y visité, como no, una exposición de Warhol.
Si existiera una posibilidad de que el fallecido leyera estas líneas (cosas más raras se han visto) aquí le dejo el retrato que me gustaría. No soy Mao, ni Marilyn, ni todo lo contrario pero por pedir que no quede.
La mancha de aceite (americana)
Viernes por la noche. San Francisco, USA. Un hombre agarrado a su bandera y a sus ideales, está dando explicaciones a un reportero. La calle principal de la ciudad está cortada por unas doscientas personas. Me acerqué a ver qué decían, cómo eran.
Los «indignados» americanos se mueven con rapidez, las adhesiones van llegando y el movimiento cuenta con la complicidad de la mayoría de ciudadanos. Muchos de ellos hacen sonar sus cláxons cuando pasan al lado de la concentración. La policía se mantiene al margen, no como en Nueva York donde son más de «porra floja». Era emocionante vivir todo esto en una ciudad como San Francisco, tan simbólica en los años sesenta.
Hace diez años que los Estados Unidos pierden dinero y credibilidad en Afghanistan. Pero hay más, mucho más. La gente está harta de pagar los platos rotos del banquete capitalista y comprobar como los culpables se van de rositas. Obama lo sabe e intenta mover sus fichas que normalmente se estrellan contra el muro republicano. (Tendría que vivir dos años aquí para entender solo un poco de como va el sistema político).
La indignación es una mancha de aceite que se extiende y se extiende por muy grande que sea el país. Hay indignación para todos.
Steve Jobs
Llego a San Francisco y leo que Steve Jobs ha muerto. Maldita coincidencia. Aquí, en la ciudad de la tecnología, de la innovación, de las comunicaciones del siglo XXI ya se echa de menos al genio. Aquí y en todas partes porque su influencia era global.
Se ha ido el hombre que hizo atractivo algo tan frío como un ordenador, algo tan mecánico como un reproductor de música o algo tan estúpido (hasta el iPhone) como un simple teléfono.
Es recomendable revisar sus conferencias, sus textos, cómo animaba a todo el mundo con ideas y luchar por ellas, a pesar de los agoreros y los cortos de miras.
Un genio es alguien perseverante en su ilusión y en su pasión. Ojalá hayamos aprendido algo.