Había varias maneras de celebrar los 800 programas. Hemos escogido la más complicada y (espero), la más divertida. El lunes a medianoche. Ese tipo de programas que no se olvidan.

Ya está aquí el verano. Si un día de estos, hace una temperatura lógica, pues mejor.
Me topé con «Hey Joe» de Jimi. Me acordé de Berto en «Hasta el fondo» como el guitarrista más genial de todos los tiempos. Pensé que es una buena canción para empezar la semana.

«Cuando tengo una guitarra, me siento poderoso». Quien así habla es el loco más entrañable del rock. Jorge, el Ilegal. Puso en pie el plató. Me acordé de aquellos confusos años ochenta, en los que ellos lo tenían muy claro: rock, rock y más rock. Fiesta, desfase, ruído, incorrección. Qué bueno volver a verle y escucharle. Hay un buen tipo dentro de Jorge, que me mira con cara de conejo…

Hablaba hace poco con un buen amigo sobre tomar riesgos en tu propia profesión. De no conformarte nunca y explorar nuevos caminos. Él es un gran defensor de eso y yo -le dije- un fanático. No entiendo este oficio sin riesgo, sin aventuras (no todas salen bien), ni retos.

Porque por debajo del río, que sería el fluir constante del programa durante cinco años, circulan numerosas «corrientes» de agua. Un signo de vitalidad y de riqueza. Y, sobretodo, de diversión para los que cada tarde levantamos el vuelo de BFN.

Me acordé de todo eso, cuando asistí al nacimiento de «Doblao flamenco», la nueva sección que empezó el pasado jueves. ¿La vieron? ¿No? Aquí la dejo. Este es el testimonio de un riesgo. Con dos pedazo de actores, dos músicos y toda la comedia que fuimos de concentrar un unos minutos (musicales). Y así seguiremos. ¡Oooole!

Cuando Bowie se encontró con Bing Crosby.