Los que damos la cara en nuestro trabajo, andamos siempre de dieta. Bueno, yo al menos sí. Puedo asegurar que si no me cuidara, pesaría 385 kilos, porque debo tener averiada la sensación de saciedad y me comería treinta y dos platos de macarrones. Si me gusta ¿por qué parar? Me consta que a mi perro Mèl, le pasa lo mismo. Todavía no salgo de mi asombro, tras descubrir una página en las que un gracioso se ha dedicado a fantasear con el aspecto de los famosos de Hollywood, en el caso de que pasaran de todo y se comieran un buffet libre. El resultado es aterrador.
Famosos sin dieta
Domingo, 13 de septiembre de 2009