Interior baño. Restaurante de menú en Barcelona. Un restaurante digno pero modesto. Si haces el ejercicio de sentarte en la taza del wáter y mirar al frente (algo habitual), descubrirás un póster con una fotografía de Marilyn Monroe obra de Milton H. Green.
La pieza ha aguantado el paso del tiempo como ha podido. Ya no tiene cristal, el marco está desencajado pero la imagen sigue ahí, imperturbable, ajena a su indecorosa ubicación, con una Marilyn desafiando el paso del tiempo, pura sensualidad íntima e intransferible.
Pensé que eso debe ser la posteridad: seguir vigente como si tal cosa, pese a todo y pese a todos. También pensé que quizás la palabra “póster” venga de ahí, de posteridad.


