Una vez leí que Tom Hanks decía que «los buenos cómicos han tenido que sufrir antes». Primero parece un mandamiento de Escrivá de Balaguer pero, si lo piensas, tiene razón. Cuando has experimentado vivencias agrias y desagradables, estás más preparado para subrayar la felicidad, gozarla y al mismo tiempo, distanciarte para no creerte nada del todo. Algunos lo llaman «tener callo». Ideal para trabajar con la ironía, el sarcasmo y el descreimiento. Es entonces cuando tu humor no tiene porque ser blanco. Vienes de alguna tormenta y sabes que, en el fondo, no pasa nada. Te ríes más y mejor. A lo mejor es solo una teoría, pero pensé en ello cuando acabó el programa de Berto en laSexta. ¿Es Berto peor que antes de su programa? No, en absoluto. Yo diría que es mejor. La supervivencia de un programa no va directamente ligada al talento del artista. Hay demasiados factores que no controlamos: el horario, lo que hacen las «otras», las expectativas comerciales del propio público… Berto es diferente. Se lo tengo dicho. No es el típico colaborador que no puede volar en solitario. Tiene mucho proyecto dentro de su cabeza. Vendrán más oportunidades. Buenas, regulares y malas. Seguirá dependiendo de muchas cosas, peo el talento seguirá creciendo, el callo endureciéndose y los amigos (los buenos) a su lado. Así que solo hay que esperar.
El jueves antes de irnos de vacaciones le pregunté: «¿Qué harás el domingo?». «Nada. Lo dejo. No quiero quemarme. Les he dicho a la cadena que digan que es por baja audiencia». Un tío que dice algo así, tiene el futuro asegurado. Y eso que el futuro no existe.