Paparazzis culpables

Viernes, 5 de octubre de 2007

Salen a la luz, las últimas fotos de Diana antes de estrellar su coche en un túnel de París. Me parece denigrante que todavía, a estas alturas, se siga especulando sobre si el chófer había bebido una o dos copas. Como si no quedara claro el acoso de los paparazzis carroñeros que perseguían (como siempre) a la mujer que convirtieron en icono, que machacaron hasta la saciedad. Era una noche más de huida. Pero, en esta ocasión, acabó en tragedia.
Foto 1
Foto 3
Foto 2
La muerte de la princesa perseguida, marca el punto más alto del infraperiodismo. Hasta el parlamento de Bruselas se pronunció aquellos días al respecto, pidiendo a todos los medios de comunicación que revisarán su estilo deshumanizado y destructivo de la intimidad. Les pidió que se ciñeran a unos códigos éticos, que no todo vale por obtener una foto. Naturalmente, fue como pedirle algo a una pared. Un clamor en el desierto. La prensa no sólo evitó hacer autocrítica (nunca la hace), si no que arreció y recrudeció sus estrategias. No hay sentimientos. Sólo hay pasta. Las fortunas que pagan por las fotos y las ínfimas multas que les ponen a los que se pasan de la raya. Diana de Gales murió y no aprendimos nada. Como siempre. Y , encima, van a intentar dejar como un borracho al chófer. Peor imposible.