Muchas veces he dicho que me resulta imposible agradecer a todos los que me mandan algún detalle. Ni tan siquiera enumerarlos. Decenas o cientos de gestos. No importa el valor. Desde una botella de aceite a un muñeco que canta. El abanico es alucinante. Gracias otra vez.
Intento contestar a muchos de los mensajes, pero me resulta muy difícil. Tendría que parar el programa y dedicarme un año entero al tema y creo que la productora no estaría de acuerdo. La gente (que le gusta el programa) es maravillosa e imaginativa. Y se lo curra. (Gracias Yanira por el álbum de fotos).
Quiero enseñaros la carta que me llegó esta semana de Manuel María Fernández Fernández de Paterna del Campo. Un joven poeta de veinticinco años que nos dedica sus versos. Y, por si no queda claro, los versos empiezan en el sobre. Nunca había recibido una carta así. La primavera, aunque lluviosa, ha desatado al bardo que llevamos dentro.