…»artístico».
Así es como me siento, después de la inauguración de mi primera exposición junto al inefable Mikel Urmeneta. Otro sueño hecho realidad. Quien me iba a decir que después de tantos años de pintar en la intimidad y para los amigos, podría salir del armario y mostrar (con rubor, por supuesto) algo de lo que me pasa por la cabeza y por los pinceles. La verdad es que el proyecto vale la pena y justifica éste paso. Era el momento. Hell and Heaven, transmite fuerza y buen rollo. La que nos dieron todos los que acudieron el viernes a la sala Espai 2nou2, en Consell de Cent de Barcelona. «¡Qué buen ambiente hay aquí! La gente está feliz», me dijo Karlos Arguiñano. Pues, sí. Todo amigos. Sin ningún tipo de presión.
Luego nos fuimos a cenar a un sitio donde no se podía fumar y fumamos. Más tarde acabamos en otro donde no se podía hablar, ni respirar, pero bebimos y reímos. De alguna manera, aquella era nuestra cena de empresa. La ciudad era un hormiguero de gente con prisa a las dos de la mañana. Prisa por celebrar que se van de vacaciones junto a los compañeros de trabajo. Para algunos, el cielo. Para otros, el infierno. Como siempre, todo depende de uno mismo.
Nota: mi agradecimiento para los que se pasaron un ratito y quizás no pude atender y, sobretodo para
Silvia y Rosa. Sin ellas, hubiera sido imposible.