Convertir un plató en una pequeña taberna. Crear el clima y la complicidad para que eso suceda. Con normalidad. Poder hablar con un mito sin prisa, que te cuente su último disco, sus cosas. Recordar la poesía de Miguel Hernández. Un poco de cachondeo, unos regalos, unas risas, una actuación de lujo con Amargós al piano. Por todo eso, me siento orgulloso de la otra noche en la que Joan Manuel, volvió al programa.
Tomar vino con Serrat
Jueves, 25 de febrero de 2010