Mikel Urmeneta ha pasado unos días en mi casa y nos ha demostrado las excelencias de su cámara de fotografía submarina. Es una compacta pequeña con la que graba pequeñas películas de esas en las que te salen burbujas de la boca y parece que estés volando. En realidad estás en una piscina, pero eso es lo de menos.
Con Urmeneta no te aburres. Me parece que es de los mejores elogios que puedes decir de una persona. Siempre tiene algo nuevo que contar. Cuando crees que le conoces, te vuelve a sorprender. Nos intercambiamos dibujos, pintamos piedras y aireamos confesiones.
A ver qué traerá la próxima vez….