Los dibujos me siguen en los viajes. O quizás estén en la ciudad de destino, esperando a ser dibujados. Tengo la costumbre de montar el «campamento» en los hoteles (perdón por las manchas de tinta que van quedando) y así aprovecho para seguir con el vicio. Cada nuevo sitio, tiene sus colores, su energía propia, su inspiración. Por lo demás, viajar abre la mente, completa y enriquece las ideas, libera prejuicios y dinamita localismos.
Viajar y dibujar
Domingo, 30 de marzo de 2008