Como defensor, admirador y consumidor del buen aceite, no puedo dejar de asombrarme con las proporciones que ha adquirido la «espiral oleíca». Empezó como una broma a partir del envío de una lata vacía desde Huelva y finalizará mañana con un catador que decidirá cuál es el preferido del programa. Han llegado más de dos cientas muestras. Litros y litros. Eso nos ha permitido contactar con un sector histórico y trabajador que guarda este tesoro desde hace miles de años. Un orgullo en estos tiempos de globalización barata.
Mención especial para Petronila, la Presidenta de la Diputación de Huelva. Siguió la broma, estuvo a la altura y defendió lo suyo. «La que hemos liado», le dije. Así da gusto hacer televisión. Con complicidades.