«Hay que respetar a los veteranos, hay que respetar a los veteranos…» No dejo de repetírmelo nunca. Como un mantra. Quizás sea porque voy camino de esa veteranía. La verdad es que siempre he pensado así. Y el tiempo me da la razón.
He disfrutado de lo lindo con el nuevo libro de Romeu por su verdad, su sensibilidad y su honestidad. Un dibujante, dibujando y explicando su vida. Romeu es un veterano que empezó con las revistas satíricas cuando eso era algo muy jodido de sacar adelante. La sombra alargada del franquismo lo enfangaba todo. Pero se rodeó de gente como él (unos locos entrañables) y se metió en mil líos. Contemporáneo de Perich, de Vázquez Montalban, unos genios… Ha sido guionista de televisión, escritor, ha publicado «Miguelito» durante treinta y tres años en EL PAIS, que se dice pronto. Y no solo eso: le han perseguido las enfermedades y los quirófanos y lo ha superado todo. ¿Cómo? Pues porque ha cabalgado a lomos de la ironía que es como un sedante o una vacuna y ahora ha decidido contarlo todo.
Es un tipo de libro que suele publicarse en Estados Unidos o en Francia por eso tiene mérito hacerlo en este país donde la memoria es tan frágil y los veteranos se diría que no cuentan. Mentira. Todos venimos de ellos y respetarlos es una obligación y un placer. Y mi enhorabuena a la editorial ASTIBERRI.