Estudio. Barcelona.
Hoy ya no saldrá nada mejor. Se trata de descansar un poco, lavar los pinceles, ordenar y esperar a mañana. Todo sigue, todo pasa.
Interior. Noche.
Capítulo 1:
Estoy grabando un podcast
Los que me conocen saben que no puedo parar. Si lo hago me aburro. Por eso he decidido llevar siempre un micrófono encima e ir grabando lo que me pasa, cuando tenga ganas.
Porque ‘Todo Pasa’ y solo es cuestión de fijarse un poco. Este podcast sigue siendo una celebración del día a día donde mi oficio es mi vicio. No hay nada mas emocionante que la voz. La propia, la ajena, la de la vida en general. Puede que lo que escuchéis suene como una banda sonora, un soundtrack de lo cotidiano.
‘Todo Pasa’ tiene libertad absoluta de contenidos y de duración. Gracias por seguir acercándote a mi mundo.
¡Lo hicimos!
Costó pero lo hicimos. Todo lo bueno cuesta. Samanté!, dibujos y camisetas, es una idea antigua que siempre suena moderna. Dibujos de guerrilla como me gusta llamarlos. Rápidos, a veces urgentes, puñetazos o caricias, eso depende.
Ya saben que me gusta mucho este rollo y que el diseño gráfico es mi vicio no oculto. Creo que también se puede comunicar a través de él. Y mucho. Ahora ya lo comparto a través de una tienda online donde el 10 por ciento siempre irá a causas humanitarias. De paso les haremos de escaparate, ayudaremos a difundir las ideas de la buena gente.
Espero que el Samanté se derrame sobre vosotros como una cascada de buen rollo, tan necesario en estos tiempos inciertos.
Siempre la radio
Entré a trabajar en la Ser en 1982. Ha llovido un poco. No mucho porque somos un país seco. En la radio aprendí el curioso oficio de contar tus cosas y hacerlas interesantes o divertidas. Lo suficiente para que te sigan contratando y pase la vida y pasen más cosas para ser contadas y reidas y todo adquiera, así, una extraña naturalidad. Luego vino la tele y una época en la que, por responsabilidad, no podía compatibilizar los dos mundos. Lo pasé mal porque echaba de menos la radio. (Durante meses no podía escucharla, pero por suerte se me pasó). Siempre estaba en mi cabeza. La radio seguía sonando porque yo la asociaba a los momentos más divertidos de mi vida y eso ni puedes ni quieres olvidarlo.
Cuando nos inventamos el «Nadie Sabe Nada» con Berto, sentí que algo bueno iba a pasar. Esas cosas se sienten. El programa me ha reconectado con lo que fui o con lo que no he dejado de ser. El día que presentamos la programación de la Ser, una especie de placer me recorría todo el rato. ¡¡¡Ahí estaba después de treinta y cuatro años!!! ¿No me digan que no es para estar contento? ¡He aguantado! Ha empezado nuestra cuarta temporada pero, en mi caso, sigue el guión de mi vida siempre ligada a la radio. Y lo voy a celebrar cada semana téngalo por seguro.
No saber y hablar
Cada domingo lo mismo: no sabemos, no sabemos, pero acabamos hablando una hora seguida. Y nos reímos y ponemos música. Y viene un público fantástico. Mira que hemos hecho cosas a lo largo de nuestra carrera y todas tienen algo para recordar, pero el NADIE SABE NADA es… especial. Se construye a base de la complicidad con mi compañero Berto Romero y siempre, siempre nos sorprende. Por eso le tenemos tanto cariño. Ya puedes escuchar todos los programas en ElTerrat.com