Por fin un economista que duda, que escucha, que reconoce los errores de su gremio, que reivindica el arte de dialogar aunque se piense lo contrario. Porque en el debate está el crecimiento y en el respeto un mundo mejor, más habitable, más justo que buena falta hace.
Juan Torres pasó por «Late Motiv» dos semanas después de abandonar un plató donde el grito actuado, la acusación ruidosa están perpetuando esos malditos esteretipos tan nuestros, tan odiosos. Un teatrillo de antagonistas que no va a ninguna parte. Ese disparar al discrepante sin el menor atisbo de vergüenza solo buscando la atención y la audiencia, es sonrojante.
A la economía le hace falta más vergüenza, más dignidad, más independencia y objetividad. Bueno, en realidad, todos necesitamos eso y lo buscamos cada día.