Tengo un amigo de Madrid que, cada vez que viene a Barcelona, me ve colgado en los edificios en descomunales proporciones. Ya se pueden imaginar el chiste: «¿tú estás colgado, no?». La respuesta es «por supuesto». Para dedicarse a este oficio hay que estar bastante «colgado».
Hay que entender que, a pesar de parecer un oficio, se trata de un juego (remunerado). Los ingleses llaman «to play», al «actuar». La mejor definición que existe. «Jugamos» a reírnos del mundo y todo lo que lo puebla. TODO.
Me gusta el anuncio porque muestra la «trinidad» nocturna. El follonero-diablo (que la va a armar y gorda durante la campaña, con programa propio) y el «ángel» surrealista de Berto. El observador más singular que he conocido jamás. El hombre que es capaz de hacer un chiste con los labios agrietados de la gente mayor. Estos son mis compinches que, como vampiros sin colmillos, salen cada noche conmigo de parranda televisiva. Un placer.
Colgados
Fallar
Con «A», eh! Fallar.
He fallado en mi afrenta a Berto, con lo de poner una entrada o dos cada día. Lo reconozco. Si es que no paro, aunque algunos puedan pensar que solo trabajo una hora y media cada noche. Tengo más cosas en la cabeza de las que puedo pensar y decir. Solo están dentro de la cabeza. Dando tumbos.
Estamos ultimando la nueva entrega de monólogos. Tenemos nuevo libro y puedo avanzar que la imagen de la portada va a sorprender.
Estamos apurando los últimos días de exposición de Hell and heaven en la Galeria Senda de Barcelona. Si lo quieres ver, queda muy poco. Sigo dibujando. Y mucho. El Terrat prepara bastantes programas y en la medida de lo posible, intento ayudar aunque cada dia sepa menos de televisión.
Me preguntaban los amigos de «La rosa de los vientos» en Onda Cero que cómo era un día mío normal. Buf!!! Es que mis días no son normales. Y las noches menos.
El miércoles estuvimos viendo al monologuista Toni Moog. Me gusta mucho porque es diferente. Es como si Antonio Ozores hubiera nacido en los setenta. Toni es incorrecto y se agradece. ¡Ya está bien de tanta corrección, hombre! En la sala donde actuaba Toni, una mujer insistió en que la conocía. Y no es verdad. Me sucede muy a menudo. Me dicen: «Tú no te acordarás porque tienes un montón de cosas en la cabeza, pero sí.» Y yo: «Que no». Porque puede ser que tenga la cabeza repleta, pero en lo de las caras no fallo. Si no la conozco, no la conozco.
Hoy, en el gimnasio, estaba sudando como un cerdo y se me acerca un chaval, cámara en ristre: «¿Te puedo hacer una foto?». «Hombre, pues no. Aquí no por favor». Se ha ido como pensando «¡Qué raros los de la tele! Me ha fallado».
Otra vez de Niro
A ver si es que voy a estar obsesionado, pero el otro día en el aeropuerto de Barajas, se me apareció ésta cara en el escaparate de una librería. No me digan que no es clavado a Robert de Niro. No puedo aguantarle la mirada. Pruébenlo. Parece que ve en tú interior. Nada. Hice una foto y me comporté como si nada.
Robert de Niro
Todos tenemos un doble, dice la leyenda. El de Robert de Niro, vive en Buenos Aires, se dedica a la pintura y pasa sus horas en la plaza Julio Cortázar de Palermo Soho. Es el doble de Robert y, más concretamente, en la película «El corazón del ángel» y con el pelo blanco. Ya sé que estoy obsesionado con el «abogaaaaaaado», pero no me negarán que tiene su cosa.
Me quedé un buen rato mirándole, pero dio vergüenza pedirle un retrato en buenas condiciones. Nunca seré un buen fotógrafo, porque me falta morro. Me limito a robar, a capturar, escondido detrás de una botella de agua o de un café.
Berto
La cosa fue así: estaba escuchando la radio y me topé con unos tíos raros que se hacían llamar «El Cansancio«. Estaban en Radio 4. Me quedé. Sólo me «quedo» en una emisora si me dan algo que me sorprende y la verdad es que no pasa cada día, ni cada mes. Con El Cansancio sí, por que sonaba diferente. Notabas que allí había algo más que un simple espacio de humor. Llámalo «proyecto» o identidad o sencillamente talento. Dí nota de mi hallazgo a El Terrat y el director de aquella época, Javier Pons, inició la aproximación y se lo curró. Los que no conozcan a Pons deberían saber que una de sus debilidades es apoyar a los que empiezan. Eso dice mucho de él.
Bueno, luego descubrimos que eran tipos normales, honestos y con ganas de pasarlo bien en este oficio tan lleno de interesados. Trabajamos en varios proyectos durante mucho (¡mucho!) tiempo. Probamos un formato en Tv3, pero no nos salió bien. Otros hubieran escondido la cabeza debajo del ala, pero nosotros no tenemos alas. Recuerdo que una noche de viernes fui a ver a Berto en solitario con su monólogo en el teatreneu de Barcelona. ¡Aluciné por un tubo! ¡Era nuevo y muy bueno! Pensé: «no puede ser que no funcione Berto en la tele». Y les propusimos apuntarse al nuevo carro del programa en laSexta. Ante el tropiezo, convicción y apuesta. Se apuntaron el propio Berto y su escudero Rafel, que es de Falset aunque no conozca a Toni Orensanz. ¡Bendita decisión!
Ahora ya son de los nuestros o nosotros somos de los suyos. Les decía el otro día en un encuentro con los guionistas que no me imagino este programa sin ellos. No podría ser. Berto significa un montón de cosas y es de los mejores humoristas que he conocido. Por eso le propuse que me sustituyera la noche que estaba en Madrid. No voy diciéndolo todos los días por ahí. Es más, no lo había dicho nunca. Berto y sus compinches, significan que no hay que perder nunca la ilusión de tirar hacia adelante y agregar nuevos y buenos compañeros de viaje. Cada noche me sorprende. Y lo mejor de todo, es que se merece todo lo que le pasa porque encima es buen tío. Le estoy empezando a coger una manía…