¿Pero a mi me gustan U2 o no?

Viernes, 10 de julio de 2009

Siempre me pregunto lo mismo cuando salgo de uno de sus conciertos. ¿Me gustan sólo las canciones clásicas y lo que voy es a ver el circo tecnológico que tienen montado? ¿Voy porque hay que ir? ¿Porqué le disculpo siempre a Bono que sea un insistente profeta de las causas solidarias y globales?

Aquí, una reflexión: ¿se han fijado que muy pocos se toman en serio su parte mesiánica? La gente suele decir: «muy bien el concierto, pero cuando Bono se pone a hablar y a pedir un ‘global kiss’… uff». Pero allí estábamos todos. Esperando el «Sunday bloody sunday» o «When the streets…» y todos los hits que queríamos revivir. Nos comimos el último LP, se pagó una buena pasta por los tickets y Bono, mago del marketing, se calzó la camiseta del Barça.

¿Nos creemos que estaba encantado con Barcelona o lo entendemos como una parte de la ceremonia? A mi me gusta el rock, las canciones buenas y los artistas que desprenden verdad, sudor, pocas pamplinas y diversión. Eso es lo que me gusta. No necesito que conecten con el espacio sideral para que los astronautas digan que todos somos iguales.
¿Pero a mi me gustan U2 o no?
¿Pero a mi me gustan U2 o no?

Se apagan los focos

Lunes, 29 de junio de 2009

Terrat Pack en la ducha
Con la función del domingo en el auditorio del Fòrum para 3.000 personas, acaba la gira del Terrat Pack por España y se apagan los focos (de momento). Estoy demasiado emocionado y demasiado cansado para ser objetivo, pero tampoco pretendo serlo. Ha sido brutal. Puedo asegurar que nos hemos dejado el alma para que todo quedara bien en nuestra ciudad. Notábamos los nervios de un estreno y, de alguna manera, lo era. Nos presentábamos en casa después de muchos kilómetros y muchas plazas. Solo hemos recogido cariño y más cariño. También ha servido para unirnos y conocernos más, esos cuatro tíos con americana y sudorosos que a lo mejor usted ha visto en alguna actuación. Si me fijo en mis compañeros, puedo decir que soy un tipo con suerte. Évole, Corbacho y Berto son unos cracks y todavía me emociona verlos salir a escena defendiendo los colores de El Terrat que no deja de ser una especie de club de fútbol de humoristas. Y de buenas personas que pretendemos hacer reír. ¿Hay algún trabajo mejor?

Mi agradecimiento, por supuesto, para todos los implicados de alguna manera en la gira. Son muchos y nos lo han puesto muy fácil. Y a «White Label», aunque solo lo cobre Berto. Ahora, unas vacaciones y a pensar en el futuro. Ha nacido una nueva criatura en la productora. Se llama Terrat Pack y habrá que alimentarla y verla crecer que los niños de ahora ya no son como los de antes. Fin.

La ciudad

Martes, 14 de abril de 2009

La ciudad genera curiosos «compañeros de cama». Naturaleza y hormigón, conviven en una siniestra armonía a la que nos hemos acostumbrado, a pesar de que sea de lo más raro. En Barcelona, un árbol planta cara a la totémica y fálica torre Agbar. Se diría que la gana. La abraza, la supera, casi la envuelve. Luego, en otoño, el árbol volverá a ser un croquis y la torre permanecerá altiva e iluminada. Cada vez que abrimos el grifo, se enciende la luz de una de sus ventanas.
La ciudad

Huevo iPod

Jueves, 9 de abril de 2009

Un domingo, paseando por la rambla del raval en Barcelona, me acerqué a los tenderetes. Me llamó la atención un monedero/homenaje al huevo frito. Lo miré y lo dejé. Cuándo ya me había ido me llamaron : «¡¡¡Tstt!!! ¡¡¡Andreu!!! ¿Te gusta?». «Sí». «Pues toma, te lo regalo». Eso se llama generosidad.

Luego comprobé que el iPpod cabe perfectamente. Así que el huevo está relleno de música y cada vez que lo veo me recuerda lo buena que es la gente (y la música). Fin.

Huevo iPod

Honor de jazz

Jueves, 5 de marzo de 2009

¡Que contento estoy con el cartel del próximo Festival de Jazz de Vitoria!¡Qué honor! Me dijo mi cómplice Mikel Urmeneta un día: «¿Quieres que hagamos el cartel a medias, rollo Hell and heaven?». No pude negarme. Reconozco que me entró un poco de canguelo y que, vale, dibujo mucho pero cuando va en serio…

La cosa fue así: Mikel empezó en Nueva York, dejó los espacios para que insertara lo mío y me lo mandó a Barcelona enrollado en un canuto (muy grande). Y yo seguí. Me salieron unos bichos que llamo «los notos». Son primos de las notas musicales, pero más hinchados y rítmicos. Burbujas de ritmo que brotan del jazz.

Si puedo, me voy a escapar durante el mes de julio al festival. Andaré por la calle, con la chulería del dibujante. Gracias Vitoria y gracias Mikel.

Honor de jazz

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