El Sabina, ese que canta

Martes, 17 de noviembre de 2009

Bien, bien, muy bien. Recibir a Sabina siempre es un gustazo, una noche especial. Y así fue. Vino con disco nuevo, con gira por estrenar, «estoy aterrorizado» y con la cabeza más clara de donde han salido las nuevas canciones. Se tomó una cerveza, repartió unas sonrisas, se mostró algo comedido pero nos ilusionó a todos. Porque para eso hacemos el programa. Para que vengan los buenos a contar cosas, a pasar un rato, a compartir unos minutos con sus miles y miles de seguidores. Sabina lo sabe y es agradecido.

Podría quedarse en su casa tan tranquilo, pero cogió un avión y se subió a un programa que emitían después de una película de Chuck Norris.

Gracias Joaquín (otra vez).

Los detalles

Martes, 17 de noviembre de 2009

La generosidad y el detallismo de los espectadores es infinita. Y siempre sorprendente. Cada noche nos traen algo. Dulces, embutidos, tazas, licores, edredones, aceite, cuadros, fotomontajes… Es alucinante. Se lo contaba hace poco a alguien y no me creía. «Exageras». «¿Que exagero? Ven una noche al programa y ya verás».

De la oleada de presentes, con sus cartas, sus libros para firmar, sus demandas siempre razonables y miles de cosas más, rescato esta… esta… obra de arte. No importa la calidad. Lo que importa es que piensen en nosotros, se tomen la molestia de venir a un polígono, esperen más de una hora y luego participen del show. Siempre, siempre estaremos agradecidos al público. Sin ellos, no seríamos nada. Bueno, seríamos unos graciosos más.
Los detalles

Debilidad

Miércoles, 11 de noviembre de 2009

Reconozco que tengo una debilidad: me gusta acercarme mucho, mucho a la cámara. Todo lo que se pueda. Sucede muy de vez en cuando pero, cuando pasa, experimento una especie de placer que no sabría definir.

Y luego está lo de la cara apepinada, como cuando alguien se pone delante de la mirilla (bonita palabra) de una puerta. Es una chorrada, lo sé, pero yo vivo de estas cosas. Al no tener una carrera…

Debilidad #1
Debilidad #2
Debilidad #3
Debilidad #4

El gran Arturo

Miércoles, 4 de noviembre de 2009

Arturo Fernández es grande, en todos los sentidos. Cada vez que viene al programa me sorprende y me divierte. Con su elegancia, sus «chatines», esa manera de subrayar las frases. «¡Qué bien estás!», le dije entre bambalinas. «¿Para qué voy a estar mal, chato?», me respondió.

Fue él quien propuso que cantáramos un bolero y yo pensé que quedaría bien que entrara a plató directamente cantando. No puedes hacer eso con mucha gente en este país y es justo reconocer que este señor que, según me confesó, cena sólo una manzana, es uno de ellos.

Disfruta con el teatro, no para de subir a los escenarios y cuando hace vacaciones «a los ocho días me aburro», en sus propias palabras. Un grande. Y es un honor que nos vea desde su hotel, con la manzana en la mano, mientras actúa hasta diciembre en Barcelona. Voy a ir a verlo.

El gran Arturo

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