Decía ayer @pauuxs en Twitter, comentando las elecciones: «¿Mejorará esto algo en nuestras vidas?». ¡Ahí amigo! Has dado en el clavo.
Ha ganado Artur Mas (campeón del mundo de perseverancia), el PSC se ha pegado un buen leñazo, sube el PP, Esquerra Republicana se descalabra… ¿Y ahora qué? Yo creo que la política ya no es lo que era. Aquella épica tras la recuperación de la democracia, ya ha pasado. Ahora son señores (gestores) con mucho trabajo, mucha responsabilidad, pero no dependen solamente de ellos mismos. Mira Zapatero convocando las grandes empresas de España y descolgando acongojado cada vez que llaman desde Bruselas. La crisis que todo lo invade, se filtra como la humedad hasta el último ladrillo de los gobiernos y Catalunya, naturalmente, no está a salvo. Aquí se ha castigado a la Izquierda y su deriva, y se ha confiado en los conservadores catalanes, en estos tiempos de marejada. Esto es muy catalán. Ahora, nada de aventuras y a amarrar el barco que se lo va a llevar el vendaval.
Mas será el presidente que guardará y cuidará ese barco. Lo tendrá limpio y reluciente pero no sé yo si zarpará para buscar nuevos horizontes. No, de momento. Se imponen tiempos de cautela, pactos de alto nivel, más recortes. Está muy bien lo de enseñar la patita del independentismo en la campaña y esas cosas, pero el parte meteorológico obliga a no tomar decisiones arriesgadas y centrarse en lo urgente, lo que no nos deja dormir. La gente quiere trabajo, bienestar y seguridad.
Lo de la identidad, pone de los nervios a muchos porque con una bandera no puedes ir a pedir una hipoteca. También tendrá que demostrar Artur Mas, que tiene proyecto propio, recorrido y personalidad más allá de la alargada sombra del pujolismo. Aunque siempre estará Durán y Lleida, para recordarle de donde viene. Señor Mas, le transmito la pregunta: ¿su triunfo mejorará en algo nuestras vidas?
Quedamos a la espera.