Perder

Jueves, 3 de mayo de 2012

Es muy fácil decir: «Hay que saber perder». Lo difícil es llevarlo bien, asumirlo, integrarlo y obrar en consecuencia. El amargo aroma de la derrota nos sobrevuela, parece que todo lo impregna con un perfume barato y rancio. El fútbol (el gran analgésico) nos ha fallado, y el Barça y el Madrid se quedaron a las puertas de la final. Hombres tristes, hinchas deshinchados, balones en las nubes, sueños en los infiernos…

Perder… Perdemos en Europa, a la que comparan economías. Nos han puesto de cara a la pared con grandes orejas de burro. Perdemos prestaciones sanitarias, capacidad de gestión en las autonomías, empresas en el extranjero… Pero, cuidado, hasta los listos pueden perder su poltrona. Sarkozy, el que dice tener un GPS junto a los alemanes para salir de esta, quizás se quede en la cuneta.

¿Se acuerdan de cuando ganábamos? Ya no digo dinero, hablo de un estado de ánimo. Quizás lo soñamos, pero me niego a pensar que todo va a ser oscuro, negro, nublado, lluvioso… La esperanza es lo último que se pierde. Hay que blindarla como sea.

«El Berenjenal» en Interviú.

El cachondeo real

Jueves, 26 de abril de 2012

El cachondeo (reacciones críticas y divertidas) que ha generado la lesión del Rey en su cacería es proporcional a su omnipresencia en la sociedad española. Casi todo el mundo ha hecho, ha escuchado, ha tuiteado o ha dado difusión a una chanza sobre el tema. En la calle, en las redes, en los bares, en las casas, en las oficinas del paro… En todas partes, vamos. ¿Había ganas? Seguramente.

Miren, yo no sé casi de nada. De lo poco que tengo unos cuantos conocimientos es de comedia y no recuerdo que una cadera rota diera tanto juego. También recuerdo cuando, en este país, los chistes sobre la monarquía eran algo así como un atentado al Estado de derecho. No era verdad. Hablaba nuestro miedo, nuestra falta de práctica, los años de oscurantismo humorístico y todas esas cosas nocivas para la salud mental de un país. Todo eso ha cambiado un poco. Ahora, un soplo de republicanismo recorre las calles de un país con las tuercas apretadas, las tijeras de los recortes afiladas y la paciencia evaporándose como un vaso de agua al sol. El Rey pidió perdón en un vídeo casi doméstico (calculadísimo) y ya circulan bromas también sobre eso. Bendito contagio el del humor que nos ayuda a soportar lo que no entendemos o lo que no estamos dispuestos a entender.

«El Berenjenal» en Interviú.

El hombre y el mono

Jueves, 12 de abril de 2012

Se le atribuye a Nietzsche la siguiente frase: «El mono es demasiado bueno para que el hombre descienda de él». Bien pensado. El hombre hace cosas que un mono no haría. Como si su (presunta) inteligencia le jugara a la contra. El hombre español se planta en Las Vegas, dejándose el sentido común en casa, para mendigar una sucursal de ese mundo de cartón piedra que no va con nosotros. Un mono en Las Vegas sale huyendo. Se encarama en la falsa Torre Eiffel y no lo baja ni el de Cuatro que ensimisma perros. Pero el hombre necesita dinero. Incluso el que no tiene porque ya se lo ha gastado. Nuestra selva se llama capitalismo (caducado) y los mercados son los árboles que no nos dejan ver el sol. El mono, mientras tanto, nos mira balanceándose desde su neumático, pensando: «Qué burros son. Cómo se complican la vida».

«El Berenjenal» en Interviú.

Negar la rabia genera más rabia

Jueves, 5 de abril de 2012

Caminé por Barcelona horas después de la manifestación del pasado jueves, huelga general. Vi un cajero destrozado y una pintada enorme con pintura roja: RABIA. Ya sabemos que esa violencia no va a ninguna parte, pero no olvidemos que la protagonizan los exaltados de siempre. Los que se confunden entre una masa legítima, ruidosa, cabreada, que se quiere hacer oír. Esa masa bien podría hacer suya solo la palabra RABIA. Rabia, impotencia,… Negar eso desde las instituciones, obviarlo o menospreciarlo sólo alimenta la espiral. La gente (que no es tonta) sabe que hay que apretarse el cinturón, pero, ojo, no va a tolerar que esto se haga injustamente. Es decir, perdiendo derechos básicos y cargando sobre los más necesitados. Es de cajón.

Los bancos siguen en el ojo del huracán, donde se han metido ellos solitos, y el Gobierno debe demostrar que le importa más su país que aprobar con nota en eso tan abstracto que se llama Europa. Si no lo hace, la RABIA (que no desaparece, más bien se transforma) seguirá suministrando energía al pueblo cabreado. Yo no hubiera hecho una huelga. Las manifestaciones bastaban para expresar lo que piensa la mayoría de la gente. Y lo que piensa ha quedado muy claro.

«El Berenjenal» en Interviú.

Mourinho y Messi (La noche y el día)

Viernes, 30 de marzo de 2012

Los dos empiezan con eme, pero solo se parecen en eso. Imaginemos que un balón de fútbol tiene dos caras. Como una luna. La cara en la que da la luz, la que vemos, la que nos hace soñar y hasta jugar a ser poetas, sería la de Messi. La otra cara, la oculta, la desconocida, la inquietante sería la de Mourinho. Son polo opuestos. El argentino solo quiere jugar y el portugués solo quiere ganar. Y, además, no sabe perder.

El primero es fantasía, magia, color improvisación positiva, contención, control del ego. El segundo es todo lo contrario. Mourinho siempre está enfadado, nunca tiene la culpa de nada, resume en un «¿por qué?» su desubicación permanente y su paranoia. (Recuerdo una frase de película: «Cuando no sabes dónde está el problema, es que el problema eres tú»). Mourinho fue fichado como antídoto para la mejor época del Barça y ahora es un virus extraño y nocivo en un cuerpo histórico como el de Real Madrid. Mourinho y Messi. Dos emes. Menos y más. Y, en este caso, menos no es más.

«El berenjenal» en Interviú.

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