Libreta, 2025

Libreta, 2025
Buscaba una foto adecuada para reflejar lo que uno siente cuando terminan las vacaciones, el descanso, la desconexión real y lo que procede es volver al ajetreo. Ajetreo buscado y querido, pero ajetreo.
Creo que esta foto es la adecuada: una vaca parsimoniosa, lenta y tranquila viendo a lo lejos, una fuente de energía que por alguna razón la atrae. Y se la queda mirando un buen rato, entre la atracción, el estupor y el interés.
Así es como me he sentido en las últimas horas. La fuente de energía es la agenda de trabajo que tengo por delante y que ya sale reflejada en mi teléfono. Ahí veo la nueva temporada del programa ‘Futuro Imperfecto’; la vuelta del ‘Nadie’; algún ‘Chicken’ especial y espectacular; otra vuelta, la de ‘El Tenoriu’ al teatro y algunas cosas más en 2026 de las que te exigen todo lo que les puedas dar.
La cosa está así en El Terrat por lo que a mi se refiere. O sea, una temporada completa, intensa y exigente que solo hay una manera de encararla: con buen humor y, por supuesto, acompañado de unos equipos que me sostienen y me hacen mejor. Es lo que voy a hacer, mientras rumio (nótese lo acertado del verbo), como seguir disfrutando de lo que me gusta, señalando y riéndome de lo que me indigna y subrayando la bondad de la gente amable, cariñosa como por ejemplo usted que está leyendo esto.
Nunca hay que perder la ambición de querer seguir disfrutando. Ni la esperanza, ni las ganas. La llegada de “Futuro Imperfecto” a nuestras vidas, está siendo uno de los regalos más bonitos que me tenía guardada mi profesión.
Hemos construido un programa a medida, libre y directo. Hemos aplicado todo lo aprendido (que no es poco) y nos ha salido una hora larga de televisión que solo nos da alegrías. Para hacerlo, contamos con un equipo motivado y buenísimo. Solo un equipo así puede ocupar un teatro en Terrassa un lunes y grabar un martes. Está batiendo récords de eficacia.
RTVE nos deja trabajar y arriesgar. Los espectadores, a su manera, nos están acreditando y eso nos da alas para seguir y seguir. Para crecer y divertirnos y tratar de convertir todo eso en una línea ascendente. Todo lo que pasa es bueno. Lleva mucho trabajo pero todo vuelve y se nos queda en el alma. Esa alma de titiriteros que estamos volviendo a sentir, con un latido que nos hace sonreír de felicidad.
¡Hay Futuro! Aunque sea imperfecto.