Volver rumiando

Lunes, 1 de septiembre de 2025

Buscaba una foto adecuada para reflejar lo que uno siente cuando terminan las vacaciones, el descanso, la desconexión real y lo que procede es volver al ajetreo. Ajetreo buscado y querido, pero ajetreo.

Creo que esta foto es la adecuada: una vaca parsimoniosa, lenta y tranquila viendo a lo lejos, una fuente de energía que por alguna razón la atrae. Y se la queda mirando un buen rato, entre la atracción, el estupor y el interés.

Así es como me he sentido en las últimas horas. La fuente de energía es la agenda de trabajo que tengo por delante y que ya sale reflejada en mi teléfono. Ahí veo la nueva temporada del programa ‘Futuro Imperfecto’; la vuelta del ‘Nadie’; algún ‘Chicken’ especial y espectacular; otra vuelta, la de ‘El Tenoriu’ al teatro y algunas cosas más en 2026 de las que te exigen todo lo que les puedas dar.

La cosa está así en El Terrat por lo que a mi se refiere. O sea, una temporada completa, intensa y exigente que solo hay una manera de encararla: con buen humor y, por supuesto, acompañado de unos equipos que me sostienen y me hacen mejor. Es lo que voy a hacer, mientras rumio (nótese lo acertado del verbo), como seguir disfrutando de lo que me gusta, señalando y riéndome de lo que me indigna y subrayando la bondad de la gente amable, cariñosa como por ejemplo usted que está leyendo esto.

Volver rumiando

Volver a disfrutar

Martes, 3 de junio de 2025

Nunca hay que perder la ambición de querer seguir disfrutando. Ni la esperanza, ni las ganas. La llegada de “Futuro Imperfecto” a nuestras vidas, está siendo uno de los regalos más bonitos que me tenía guardada mi profesión.

Hemos construido un programa a medida, libre y directo. Hemos aplicado todo lo aprendido (que no es poco) y nos ha salido una hora larga de televisión que solo nos da alegrías. Para hacerlo, contamos con un equipo motivado y buenísimo. Solo un equipo así puede ocupar un teatro en Terrassa un lunes y grabar un martes. Está batiendo récords de eficacia.

RTVE nos deja trabajar y arriesgar. Los espectadores, a su manera, nos están acreditando y eso nos da alas para seguir y seguir. Para crecer y divertirnos y tratar de convertir todo eso en una línea ascendente. Todo lo que pasa es bueno. Lleva mucho trabajo pero todo vuelve y se nos queda en el alma. Esa alma de titiriteros que estamos volviendo a sentir, con un latido que nos hace sonreír de felicidad.

¡Hay Futuro! Aunque sea imperfecto.