No recuerdo el último día de sol. ¿Hace un mes? ¿Un mes y medio? Como persona mediterránea que soy, no salgo de mi asombro ni de debajo del paraguas. Parece que vivamos en Londres o Berlín. Menos mal que hay banderas españolas por todas partes y así te geolocalizas.
Y sigue lloviendo en Madrid
Todo en orden
Todo bien en los estudios de Movistar donde emitimos 'Late Motiv'. El que está a mi lado es Xen Subirats, productor ejecutivo. Trabajamos seriamente un programa de risa. Esa es la mezcla: seriedad/risa y un casi nulo sentido del ridículo. Venga. Hasta luego.
Ir y volver
Barcelona – Madrid – Barcelona – Madrid – Barcelona – Madrid – Barcelona – Madrid – Barcelona – Madrid – Barcelona – Madrid – Barcelona… y así.
¿Puedo?
«¿Puedo hacerme una foto contigo?»
«Claro. Si yo me la hago contigo»
Madrid. Febrero 2017.
(Des)Esperar
A la vuelta de la Semana Santa, regresé otra vez a la rutina de los aviones, esos autobuses con alas. Barcelona-Madrid-Barcelona-Madrid y así hasta el infinito y más allá. Lo que sucedió es que el vuelo esa tarde no despegaba. «Causas ajenas a nuestra voluntad», dijeron, que es uno de los argumentos más genéricos y socorridos que hay. Sirve para casi todo. Bueno, pues a esperar. Mucho. Demasiado diría yo. Más de una hora para que nos diera pista como si nos la fuéramos a quedar para siempre. Solo la necesitábamos un momento para coger carrerilla y salir pitando. Pues no. A esperar.
Tengo la costumbre de hacer garabatos en las revistas pero claro, esta vez me dio tiempo para todo y más. Una pena que no llevara óleos en mi mochila. Hubiera plantado el caballete en ese avión de Iberia. Un avión que no volaba. Una negación. Desesperante. Aquí dejo la prueba.