Supongo que no le importaría a Picasso y espero que tampoco al fotógrafo Gjon Mili, que me haya atrevido a intervenir esta foto de 1949 para la revista LIFE.
Picasso dejó dicho: «Los malos artistas copian, los buenos roban».
A sus pies maestro.
Supongo que no le importaría a Picasso y espero que tampoco al fotógrafo Gjon Mili, que me haya atrevido a intervenir esta foto de 1949 para la revista LIFE.
Picasso dejó dicho: «Los malos artistas copian, los buenos roban».
A sus pies maestro.
Picasso leyendo un libro sobre Picasso. El genio se mira al espejo. Un bucle de colores lo envuelve todo. (Lástima que la foto sea en blanco y negro)
Picasso y Dalí son inmortales. Su obra, su legado, sus personajes, no solo les han sobrevivido sino que han multiplicado hasta el infinito su influencia y su leyenda. No se agotan las exposiciones, al contrario. Baten récords sus museos y los ensayos y estudios sobre su genio siguen y siguen. Leo todo lo que cae en mis manos sobre cualquiera de los dos. Aunque cada vez se conocen más detalles (algunos escabrosos) sobre su personalidad, eso no hace más que aumentar mi fanatismo. Especialmente Picasso. Este hombre de mirada desafiante se inventó la modernidad. Él solito. Ni fotografiado te deja indiferente.
Podía pasar cualquier cosa.
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