Dejar la política

Miércoles, 14 de septiembre de 2011

Los políticos siempre están en campaña, pero ahora más si cabe. Ya hace semanas que calientan motores. Motores ya de por sí recalentados que mueven a duras penas la vida política española, como un coche viejo camino del desguace. Ahora ya sabemos quien acompaña a Rajoy (el favorito que no se moja) y a Rubalcaba (preparado para el salto mortal sin red de un triunfo muy difícil). Suenan nombres y más nombres. Algunos conocidos y otros no. Algunos con causas pendientes con la justicia o pasados oscuros. Gente escogida por los propios partidos. Siempre fue así pero, ahora que el descontento y la sospecha entre la población es alarmante, esas personas nos parecen a menudo ajenas o interesadas.

No es justo generalizar, pero tampoco es justo que la crisis haya generalizado los daños y todo, todo, todo el mundo ande acojonado sin saber qué ha hecho mal, para estar tan mal. Vamos, que la política no pasa un buen momento, por no decir que pasa el peor desde la instauración de la democracia. Estamos en manos del dinero (o la falta de él) y poco esperamos de esos gestores que nos han traído hasta aquí. ¿Nos sacarán?

Así las cosas, me dio por pensar en los que no van a seguir. Por decisión del partido o por decisión propia. La segunda vía es la más interesante. Personas, como Angel Gabilondo, que han rechazado seguir en la vida política. El todavía ministro estuvo en nuestro programa y fue un buen invitado. Con la que está cayendo, arrancó unos cuantos aplausos a base de sentido común, naturalidad, modestia y una mezcla de realismo y optimismo. Parece un hombre listo y dialogante que ya no se ve en el panorama enfurecido, cortoplacista y partidista en el que se ha convertido la política en España. Sin líderes con carisma y capacidad de comunicación. Sin hombres o mujeres a la altura de las terribles circunstancias actuales. Gabilondo lo sabe y quizás vuelva a la universidad, donde todavía se albergan los sueños de formar a mejores y más preparados ciudadanos del futuro.

Dejar la política

La carta de la Esperanza

Lunes, 5 de septiembre de 2011

Mandar una carta a un colectivo de profesores, no deja de ser «peligroso». Esperanza Aguirre (que no se amedrenta nunca) lo hizo y el colectivo docente de la Comunidad de Madrid, se la devolvió corregida. No podrá presentarse a los exámenes de septiembre porque ya estamos en septiembre.

La carta de la Esperanza

Algunos valencianos compungidos

Viernes, 22 de julio de 2011

Parece el título de una novela. No, espera. Más bien un sainete. Un sainete mal pensado, mal escrito y mal resuelto. Todo el asunto de los trajes y la trama de corrupción valenciana es de una indecencia que tira para atrás. A los humoristas (algunos), nos lo ha puesto en bandeja, pero me temo que eso no es lo importante.

Lo grave es que además de dar un espectáculo patético, ahora van de compungidos y héroes sacrificados por una causa mayor y casi mística: «que Mariano pueda gobernar en España». ¡Pues vaya!

Camps, ese hombre presunto kamikaze, cariacontecido, pálido y desmejorado, amigo de sus amiguitos del alma, es un claro ejemplo de un estilo caducado de hacer política. ¡Harán bien el resto poniendo sus trajes a remojar!

Algunos valencianos compungidos

La reafirmación de los indignados

Lunes, 20 de junio de 2011

Las cosas se ponen en su sitio. Las masivas manifestaciones de indignados por toda España han reafirmado la opción de la queja pacífica, pidiendo cambios reales y han desterrado la violencia que nunca estuvo en el ideario. El que no quiera verlo así tiene un problema o varios.

Muchos políticos miran hacia otro lado y es normal. Están desubicados. Ellos, que han sido escogidos por el pueblo, asisten a la escenificación del divorcio con ese mismo pueblo. ¿Qué ha fallado? Pues han fallado ellos, con políticas conservadoras, sumisión a los bancos, a los mercados, al capitalismo salvaje que todo lo corrompe.

Muchos medios de comunicación también niegan la mayor. Hay que ser muy cretino para decidir contar «lo que no está pasando». Una negación en si misma, del propio periodismo.

Este mar enbravecido en que se está convirtiendo la sociedad, va a sacar a la luz todas las impurezas del sistema. Ojalá sea así, se vean claramente los plumeros, se despejen las incógnitas, se encuentren nuevos caminos y triunfe el sentido común. Solo con que se cumpla lo último, seremos mejores. El veranito se presenta caliente.

La reafirmación de los indignados

Maldita burbuja

Jueves, 2 de junio de 2011

¿Sabes que estamos jodidos, pero todavía no sabes por qué? Bueno, a lo mejor sabes que todo viene de la dichosa burbuja inmobiliaria. Pero hay más. Mucho más y peor. Por fin, alguien cuenta el batacazo español. Tenía que ser un cómic…

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