Reportero de mi mismo: el taller

Miércoles, 8 de agosto de 2012

Tengo una cámara de fotos, tengo mi taller, tengo tiempo: voy a hacerme un reportaje. Eso es lo que pensé. En realidad, decidí no tocar nada, ni remover en los archivos, ni disponer una presentación convencional de mi trabajo, (trabajo que va amontonándose en carpetas, por cierto). Lo único que hice fue ir disparando sobre ese material que parece estar vivo, que te «mira», el resultado de pruebas o nuevas líneas de estilo o quién sabe qué… Por ahí andan las acuarelas, las fotos intervenidas, sencillamente fotos, algo de ilustración…

Decía Barceló que a veces dejas una obra y al día siguiente cuando la vuelves a mirar ya ha cambiado. Eso es lo que hago a menudo: las dejo y regreso. ¿Han cambiado ellas o he cambiado yo? Ahora, en agosto, aprieto el acelerador de la creación. El arte (probar, jugar y disfrutar con él), es la mejor medicina para soportar la cruda realidad. También es una reacción, una respuesta, una huida siempre hacia adelante.


Taller