Se va acercando el momento

Miércoles, 14 de marzo de 2012



Ya queda menos. Ha empezado la cuenta atrás. Puedo notar el calor de los focos, así como los indios ponían su oreja en la vía del tren y sabían que éste se acercaba…

Nosotros ya empezamos a estar preparados, si es que alguna vez se está preparado del todo para algo. Esa nueva piscina que se llama «el nuevo programa», pronto estará llena y nos tiraremos de cabeza.

Se va acercando el momento

La galleta de la suerte

Lunes, 5 de marzo de 2012

Ha empezado la cuenta atrás hasta el estreno del nuevo programa en Antena 3 y mucha gente me desea suerte. Gracias. Gracias pero ya no hace falta porque el otro día abrí una galleta china de la suerte y me salió este mensaje: «many successes will acompany you this year». Por lo que parece, hay un «ente» superior que se manifiesta a través de papelitos que van dentro de galletas y ese «ente» ya ha dictado su dulce sentencia. Esto va a ser un camino de rosas. Y, así, ¡todo el año!

Habrá que trabajar mucho, como siempre, pero antes de cada reto me encerraré en el camerino y me repetiré a mi mismo: «la galleta no puede mentir, la galleta no puede mentir». Llevaré siempre el papelito encima. Entonces recuperaré la serenidad y el control, todo fluirá, todo será luz y armonía…

Hay que ver lo que puede conseguir una simple galleta (que no llegué a comerme porque no tenía gusto de nada). A ver si es que el éxito es eso: algo insípido. Vale, no le doy más vueltas.

La galleta de la suerte

El crack de Sacha Baron Cohen

Martes, 28 de febrero de 2012

Hay que ser un crack para colarte en la alfombra roja disfrazado de dictador (promocionando tu nueva peli, claro) y tirarle las cenizas de Kim Jong-Il al reportero de televisión que te entrevista. Una hazaña al alcance de muy pocos cómicos que, aprovechando una rendija del sistema, pone en entredicho la pompa promocional de este evento.

Los Oscar consiguen que los odies y los ames al mismo tiempo. Es algo increíble. La crítica más repetida horas después es que no han sorprendido, que son previsibles e incluso aburridos.

¿Pero como van a sorprender? Los Oscar son el escaparate, la punta de lanza de la inmensa industria de este sector en Estados Unidos. A pesar de que pasen horas bajas de creatividad (como ha señalado un siempre acertado George Clooney), mueven muchísimo dinero y muchos intereses. En ningún caso van a permitir que la gala sea transgresora, se reinvente o provoque. Jamás.

Esta pensada para que hablemos de los vestidos (vaya aburrimiento) de los artistas, está perfectamente calculada para la televisión (de ahí la prisa sostenida, la brevedad de las intervenciones, el ritmo), y por encima de todo, debe generarte más ganas de ir al cine. Ya está. Estos son los Oscar.

Esta frustración permanente es un poco absurda ya que estamos esperando algo que nunca pasará. Solo hay que conocer un poco a los norteamericanos para ver como blindan los formatos que van bien, desnaturalizándonos si hace falta.

Hace poco vi el mítico «Saturday Night Live» y me aburrí como ostra. Una decepción. Era una sucesión de gags entre corte y corte de publicidad. ¡Qué lejos quedan los setenta con Belusi, por ejemplo! Un tipo genial que se encerraba en su camerino y decía que no salía cuando el programa es en directo. Luego salía, claro, y lo bordaba. Genialidad, incorrección, provocación…

Todo eso se ha ido diluyendo con el tiempo. Se ha ido amaestrando. Y los Oscar son la sublimación del amaestramiento. Por eso aluciné con Sacha Baron Cohen aunque solo fuera como pegarle una patada a un dinosaurio.

Calentar motores

Domingo, 26 de febrero de 2012

Hay que ver las vueltas que da la vida. He vuelto a ver los primeros minutos del primer programa en Antena 3, 11 de enero de 2005. ¡Cuidado que no me gusta mucho verme! Primero porque me tengo muy visto, segundo porque siempre me veo los fallos y tercero… no me acuerdo.

El caso es que éste es especial. ¡El primero! El director aludido estaba entre bambalinas, la gente nos transmitía una energía imposible de describir y se respira ilusión, ganas y transgresión.

Es bueno repasar lo que has hecho (lo pasable) para recordar quien eres, de dónde vienes. Lo de adónde vas ya no lo sabe nadie.

Dicen que Vázquez Montalbán preguntado sobre el sentido de la vida respondió: «no se de dónde venimos ni adónde vamos. Lo que sí sé es que vamos tardísimo».

Cuando esperas

Viernes, 24 de febrero de 2012

Se trata de que, mientras esperas, no desesperarte. Hay muchos momentos en los que, teóricamente, no puedes hacer nada. Sencillamente esperar.

¿Cuándo dirá Guardiola si renueva o no? No lo sabemos. Cuando él quiera. Así que a esperar y a ir llenando tertulias de radio con las más disparatadas teorías.

¿Cuándo decidirá el millonario norteamericano dónde pone la sucursal europea de Las Vegas? «Antes del verano». Hala, a esperar y cambiarle las leyes para que Mr. Marshall esté cómodo.

Esperar, esperar… En el teatro pasa algo parecido. Tienes que esperar a que te toque salir al escenario. A mi no me van a pillar. Siempre llevo mi libreta, mis bolis, mi mochila… Para «matar» el tiempo suelo dibujar y aquel día había un espejo delante en el camerino.

Ahora que acabamos (de momento) Terrat Pack se abre otro compás de espera: el tiempo que falta hasta el nuevo programa que emitiremos después de la Semana Santa.

Me lo dijo una vez Carmen Sevilla cuando vino al «Sense Títol» en Tv3. Estaba en su camerino y le pregunté si necesitaba alguna cosa. «No te preocupes hijo. Ya estoy acostumbrada. La televisión es esperar».

Cuando esperas

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