¿Cómo podíamos conducir antes, sin aire acondicionado? Pues como se ha hecho toda la vida: sacábamos el brazo por la ventanilla, comprobábamos que el aire todavía quemaba más y rollo «¿te gusta conducir?». La respuesta solía ser «no».
Antes
Aclaración
Me veo en la obligación de compartir un increíble acontecimiento cotidiano que me acompaña cada día, durante las dos últimas semanas. Voy por la calle tranquilamente o entro en un bar o salgo de una tienda. Algún desconocido me saluda como si hubiera hecho la mili conmigo (esto no es nuevo) y automáticamente suelta: «¿Pero tú no estás de vacaciones?». Con un tono como de reprobación. Yo contesto: «Sí.» Fin del acontecimiento cotidiano.
Si fuera uno, dices «bueno, un quisquilloso». Pero cuando todo el mundo lo dice, me pregunto dónde habré fallado en la comunicación de que ESTOY DE VACACIONES. Igual sería bueno aclarar que cuando estás de vacaciones, puedes seguir respirando y haciendo cosas normales. Parecerá obvio, pero tendrían que ir a mi lado y comprobar que la obviedad es una de las mejores herramientas para romper el hielo con un desconocido.
Pirarse contento
Ya está. Trabajo cumplido. Les dije al equipo que ha sido el año más intenso que recuerdo en mucho tiempo. Nueva cadena, nuevas caras, nuevos retos. Mi apreciación personal es que lo hemos hecho muy bien. Que venimos para esto. Para crecer artísticamente, inventarnos todo lo que nos pasara por la cabeza y liarla, liarla mucho.
No puedo resumir las toneladas de sensaciones que hemos vivido desde aquel lejano mes de septiembre. Decenas y decenas de noches, un excelente guión y una confortable libertad que se respiraba en el plató y en antena. Así es muy fácil trabajar. Y el equipo. El mejor equipo de programas de entretenimiento de España.
Invito a quien quiera a pasar un día en el plató y comprobar cómo se elabora profesional y artesanalmente un show plagado de detalles, técnica, improvisación y arte. Estoy superorgulloso. Por eso me ha crecido la mano (no penséis mal). Para agradecer a todos su aportación.
La fiesta sigue con Berto. El lunes, todos con mi sobrino. Hasta ahora.
Tito de verano
Pues eso. Que me voy de vacaciones el jueves y dejo a mi sobrino al frente del negocio. Todo muy familiar y lógico. Lógico, no porque sea de la familia, sino porque Berto está sobradamente preparado para asumir el reto. Se lo tengo dicho y lo repetí en Madrid el viernes, donde nos encontramos con casi toda la prensa. Es la primera vez, en toda mi carrera, que coincido con alguien que tiene ese perfil. He trabajado con cómicos fantásticos. Locos, explosivos, desconcertantes, geniales… la lista es inmensa. Pero nunca lo había hecho con alguien que puede decir «hola buenas noches, voy a contarles unas cuantas cosas». Lo que se dice un presentador. Con su visión del mundo, desde uno propio.
Berto es bueno, cae bien y se merece la oportunidad. Porque no hay que olvidar que todos, repito todos, hemos gozado de oportunidades, nos han abierto puertas y han confiado en nosotros. En algún momento, en algún lugar. Pues ese momento ha llegado para Berto y estoy seguro de que el fantástico equipo del programa, se pondrá a su servicio con el buen rollo de siempre. Encima no tendrá que aparcarme el coche cada tarde. Es su verano. Y el vuestro. Y el mío. El verano es de todos, hasta que el gobierno no diga lo contrario.
Increíble, ¿verdad?
Un caso de humorismo paranormal, para el día de San Pedro patrón de mi pueblo. ¿Cómo puede ser que Millán Salcedo se parezca tanto a Jaime Urrutia? ¿Y si son la misma persona y ellos no lo saben? Han pasado muchos años, pero todo el mundo sigue perturbado con esta pieza. Y eso que la culpa fue de la cha-cha.