Ociosa creatividad

Lunes, 5 de noviembre de 2012

Tengo un (otro) problema: no sé estar sin hacer nada. Si me quedo sin hacer nada, me duermo y entonces tengo la sensación de que pierdo el tiempo. Así que o duermo o hago algo. Lo que sea. Durante el verano se me plantea muy a menudo esta disyuntiva. Cuando encontré por casualidad una caracola en mitad del campo (me pregunto cómo llegó allí desde el mar), me puse manos a la obra. «¿Por qué no la dejas como está?», me preguntó alguien que no me conocía. Después de unas cuantas horas, el resultado fue una «caracola Paul Smith» que pongo a disposición de la conocida marca londinense. ¿Ves como siempre hay algo que hacer?

«Fotodiario» en El Periódico

Caracola

Documentalismo veraniego

Martes, 30 de octubre de 2012

Primera y más importante regla de oro de un turista: un lugar no retratado es un lugar no visitado. Segunda regla: si tú no sales en la foto, estamos igual. Por eso, los visitantes se dedican a coleccionar paisajes. Antes nos enseñaban los álbumes o nos «pasaban» las diapositivas. A veces era un suplicio. Ahora, con un simple desplazamiento del dedo sobre la pantalla del teléfono, vas cambiando la imagen, saltando de escenario en escenario, viajas por todo el mundo en medio minuto. Estas dos chicas son italianas. Resulta muy extraño porque en Formentera casi no se ven italianos (modo ironía extrema). Pese a ser un acantilado y asarnos de calor, iban vestidas como para salir de fiesta. Algo muy italiano también.

«Fotodiario» en El Periódico

Documentalismo veraniego

El niño que vino del espacio (en verano)

Martes, 23 de octubre de 2012

Era verano y hacía mucho calor. Demasiado. «Una ola de calor» la llamaron. Eso trajo extrañas consecuencias entre la población. La gente estaba más nerviosa (si cabe) de lo normal. Nerviosa, confusa, empanada… Era imposible mantener una conversación coherente que durara más de dos minutos. Había mucho sopor en el ambiente. Y alucinaciones. Por eso no es de extrañar que todos los allí presentes viéramos lo mismo: un visitante de otro planeta recién aterrizado, con su casco y todo. Vestía una túnica azul y no hablaba. Solo parecía pensar. Le admiramos en silencio y sudando, hasta que una voz de mujer desde la cocina gritó: «¿Quieres hacer el favor de traer la ensaladera?». Ahí acabó el extraño suceso.

«Fotodiario» en El Periódico

Niño del espacio

La suerte

Martes, 16 de octubre de 2012

La verdad es que no creo mucho en la suerte, dicho sea de entrada. No sé lo que es, qué cara tiene, por dónde se mueve, cómo puedes detectarla… Me pasa como con la religión: no la entiendo pero me interesa. Este chiringuito playero guardaba un pequeño detalle en su puerta trasera. Se trata de una herradura (decorada) que interpreté como un amuleto para atraer la suerte. O, quizás, para no dejar que se escapara por la puerta abierta. La verdad es que el chiringuito iba viento en popa. Hacía calor y los bañistas se acercaban a tomar sus cervezas, sus helados y sus refrescos. ¿Eso era suerte o era el clima?

«Fotodiario» en El Periódico

La suerte

Ver más