Las vacaciones se van casi tan rápido como llegan. Y se van con maleta como uno se va de viaje. En este ferry, las maletas (¡ay, si hablaran, con lo que han visto!) se amontonan ante una foto que hace las veces de paisaje. Es la escenografía del traslado. De aquí para allá. Un mar con arañazos negros que son las huellas de goma que los equipajes van dejando en su deambular. Huellas de goma. Muescas de cientos y cientos de pasajeros que decidieron buscar un lugar mejor para pasar el calor.
Porque, ya que hay que sudar, qué mejor que hacerlo cerca del mar. Eso, mientras se pueda, claro. Cada año te dicen «ha venido menos gente» en los lugares de veraneo, pero tú sigues viendo demasiada gente.
«Fotodiario» en El Periódico