Sergio Mora

Miércoles, 7 de mayo de 2014

Sigo siendo muy fan de Sergio Mora, seguramente uno de nuestros artistas más en forma. Su obra gana matices con el tiempo. Gana mala leche, humor, un poco de todo.

Esta se llama «Querer es podar». Visiten su web, háganme este favor.

Sergio Mora

La cara partía

Miércoles, 15 de enero de 2014

En ocasiones dejar que te partan la cara puede ser bueno e incluso creativo. Esto es lo que ha hecho conmigo el joven artista Chamo San que con su bolígrafo en mano ha creado ilustraciones que son un placer a la vista. Conocí su obra desde sus inicios a raíz de nuestra colaboración en 2011 para el calendario solidario de La Marató de TV3 y ver su evolución resulta emocionante. Siempre anda con alguna exposición entre manos, con proyectos con más ilustradores… Es un apasionado del arte en todas sus expresiones y esto se nota. ¡Bien por Chamo, gracias!

Cabeza Chamo San

Risas y más risas

Jueves, 18 de julio de 2013

Una vez en este blog ofrecí una entrada sobre los peligros de internet con una ilustración muy precisa. A mi entender el peligro de internet es la capacidad de abducción que tiene porque cuando me sumerjo ya no puedo salir, como a muchos os debe pasar, navego y navego sin poder parar. Descubro cosas, leo, miro… Una locura.

Este es el caso de Adrià Fruitós, un ilustrador al que descubrí por la red y él me descubrió a mi como su admirador. Siempre nos hemos ido siguiendo, yo a sus dibujos y él a mis mundos varios. La prueba está en que un día me envía esta versión de mi cabeza animada que encuentro genial. Risas y más risas, un bucle que no debería pararse aunque a veces uno no sepa si reír o llorar.

¡Un placer Adrià!

Risas

Los genios nunca mueren

Lunes, 8 de abril de 2013

Aquellos artistas que son diferentes al resto alcanzan la inmortalidad. Queda su trabajo, su obra, su manera de ver y de crear y eso es para siempre. Eso no quita que estos días, los que conocíamos a Bigas, nos encontremos tristes y cabreados con el maldito destino y esos giros tremendos, como curvas peligrosas que de repente toma la vida… hasta que se acaba. Era demasiado joven. No era el momento, aunque nunca es el momento de irse.

A los cinco minutos de hablar con Bigas, sabías que era diferente, irrepetible, especial… La manera en que te miraba, te preguntaba, te sonreía… Su descaro, su ironía, esa sensibilidad que no trataba de ocultar. Al contrario: siempre veía las cosas desde otro ángulo, con esa poética de campo, atávica, ancestral y lúdica con la que siempre regaba su obra.

Por suerte quedan las películas y su obra pictórica y muchas, muchas cosas que habrá que organizar y estudiar a fondo. Bigas era una suma de facetas, un hombre al que le gustaba vivir y hacer soñar. Le echaremos mucho de menos. Más de lo que creemos.

Bigas Luna

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