Hay que salir a recargar de vez en cuando. Me he podido permitir una escapada con la família (a la vista del trabajo que se avecina, era el momento) y me siento nutrido y con ganas.
No conocíamos Japón y todavía estamos procesando todo lo visto y vivido.
Ya sé que en futbol todo es provisional y que hoy estás bien y mañana quién sabe. Vale. Pero ahora, como culé, estoy disfrutando de lo lindo con el tsunami de juventud, eficacia y buen fútbol que están desplegando los jóvenes del Barça. Creo que estamos ante algo muy importante y cuando ves que los protagonistas lo gozan tanto no puedes hacer otra cosa que ponerte cómodo y reconciliarte con el fútbol. Dure lo que dure. ¡Gracias chicos!
Que este verano nos sea propicio o, como mínimo, nada adverso. Que el que pueda descansar lo haga y se conecte con lo sencillo, lo agradable: un paseo sin mirar la hora ni el teléfono, una buena peli clásica de esas que son territorio seguro, una comida con gente a la que quieres y a la que no tienes que convencer de nada. Esas cosas…
Que desaparezcan por unos días las preocupaciones, los temas pendientes y toda la demás chatarra emocional. Dicen que en verano nos acercamos a lo que somos realmente. Pues eso…
Que el calor del verano queme lo inservible y le de un baño dorado a lo auténtico.