Barcelona, estudios de la cadena SER. Ahí estaba la gente o una representación de ella. Treinta y cinco personas acudieron de público para el inicio de la temporada de Nadie Sabe Nada.
Por primera vez en diecinueve meses volvíamos a sentirnos acompañados, reídos y sobre todo queridos. El primer aplauso fue especial. Largo y relleno de cariño. En verdad nos lo dábamos todos a todos. De esos aplausos que dicen «aquí estamos otra vez. Hemos resistido, vamos a intentar volver a ser algo parecido a lo que siempre hemos sido».
Y el programa voló como un avión de papel. El aliento era la presencia de ese público fiel, afín y cómplice para el que da gusto trabajar. Ojalá el pasado más reciente quede atrás como una mala pesadilla y la comedia siga siendo el quitanieves que necesitamos.
¿Es buena la nostalgia? Ni buena, ni mala, supongo que es inevitable. Y, como dice Berto, ahora que el presente no tiene nada bueno que darnos, quizás sea hasta curativa.
El caso es que parece que todos los astros se han ido alineando, para que los treinta años de EL TERRAT, puedan ser celebrados como mejor nos gusta: trabajando. La dichosa Filomena nos impidió viajar a Madrid para realizar LATE MOTIV como de costumbre. Lejos de conformarnos (ya nos van conociendo) optamos por usar los estudios de Sant Just Desvern donde trabajamos durante diez años. En tan solo veinticuatro horas, el equipazo que tengo el gusto de dirigir, montó un programa que definí como «reducción de la televisión». Un plató vacío, cuatro cámaras, muchas ganas, mi amigo Berto (gracias Marta) y algunas piezas de atrezzo históricas que encontramos en nuestro almacén cercano. No hacía falta más.
Charlamos informalmente entre nosotros y con amigos recordamos y nos volvimos a reír y Litus se marcó un póquer de actuaciones musicales que confirmaron (otra vez) su enorme talento. La primera noche celebramos los cinco años de Late Motiv así que el calendario seguía mandándonos señales. Puedo hablar en nombre de muchos si digo que disfrutamos mucho.
Pero es que, en otro punto de la ciudad, mis compañeros actores y actrices estaban a punto de estrenar el montaje «L’èxit de la temporada» que tras mil y un contratiempos y, a pesar de ellos, ha llegado por fin a los escenarios. En primavera llegará a Madrid. ¡¡¡Estrenaron por fin!!! Ver a Oriol Grau, Fermí Fernández con los que empecé en la radio en los noventa, me removía por dentro. Me removía para bien, claro. Sílvia se lesionó en las previas pero ni eso empañó la ilusión de poder decir alto y claro que seguimos aquí. Gracias a toda la compañía, gracias por vuestra perseverancia.
Ni pandemias, ni borrascas, ni lesiones, ni nada. Seguimos con ganas, haciendo comedia, viviendo comedia. Tele, radio, teatro, series o lo que sea. Pase lo que pase y mira que pasan cosas. Muchas más de las que nuestras cabezas pueden absorver. La vida ha querido que celebremos treinta años de viaje, ahora que el mar está revuelto y el cielo amenaza tormenta. «Bueno, vale, de acuerdo», como dice la Niña. Estamos juntos, nos sentimos queridos y lo que hacemos parece que tiene sentido. Seguimos.
(Gracias a todos los equipos de EL TERRAT que están activos en todos los frentes. Me he referido a lo vivido en primera persona pero soy consciente y agradezco enormamente a todos mis compañeros y compañeras. Gracias por adaptarse a todas las circunstancias y hacerlo siempre con buena cara, con buen ánimo y respetando al oficio)