Softball

Martes, 15 de enero de 2008

Ayer visitaron nuestro plató, alguna de las componentes del equipo de Softball de Viladecans. Adjuntaban un reportaje en el Interviu, donde aparecen sin ropa. Les pregunté si este deporte se practica así o hay que llevar equipaje.

La verdad es que no sé nada del softball. Le improvisé a Berto: «es como el baseball, pero más suave». Quedó clara mi incultura. Berto dice que puede mandar dos entradas a su weblog. Bueno. Esto va a ser un pique. Yo voy a mandar tres. Aquí el que pringa es Mia Font del Terrat.

Softball

Hoy me han invitado a un café en un bar cerca del gimnasio. Siempre me sorprende el gesto. Un simple café. Significa que te agradecen la visita. Siempre utilizo el mismo gag: «vendré cada martes». Al salir, una señora de avanzada edad estaba leyendo «Diario de una ninfómana» al sol. Como si tal cosa.

Ayer vi a Corbacho en su debut de Peta-Zetas. Loco perdido pero más comedido. Ahora es él, quien tiene que poner orden. ¡Ahí te quiero ver, socio! Los ochenta ya son material de nostalgia. Cada década que pasa, legitima dos anteriores para la nostalgia. Adiós a los setenta, bienvenidos los ochenta.

En aquella época empecé a trabajar en la radio. Mi primer jefe fue Carlos Francino. Le he escuchado esta mañana. «Son las seis de la mañana». Si tuviera que hacer un programa a la seis de la mañana me desintegraría como el hombre de mercurio de terminator 2 ó 3. Ahora no me acuerdo.

Retratar la tele

Jueves, 10 de enero de 2008

Me viene Joan Grau, uno de los subdirectores del programa y me dice «mira, anoche estaba viendo la tele e hice estas fotos». Digo: «¡Qué guapo!». Como si fuera lo más normal del mundo retratar la tele que estás viendo.

Momentos en televisión

Tengo que recordarle a Joan que con el vídeo puedes capturar imágenes. Aunque pensándolo bien, soy el menos indicado porque me paso el día retratando todo lo que se menea. La que más me gusta es la de payaso «electrónico». La nariz blanca de flash es un hallazgo. Las mejores cosas, siempre salen por casualidad.

Berto

Miércoles, 19 de diciembre de 2007

La cosa fue así: estaba escuchando la radio y me topé con unos tíos raros que se hacían llamar «El Cansancio«. Estaban en Radio 4. Me quedé. Sólo me «quedo» en una emisora si me dan algo que me sorprende y la verdad es que no pasa cada día, ni cada mes. Con El Cansancio sí, por que sonaba diferente. Notabas que allí había algo más que un simple espacio de humor. Llámalo «proyecto» o identidad o sencillamente talento. Dí nota de mi hallazgo a El Terrat y el director de aquella época, Javier Pons, inició la aproximación y se lo curró. Los que no conozcan a Pons deberían saber que una de sus debilidades es apoyar a los que empiezan. Eso dice mucho de él.

Bueno, luego descubrimos que eran tipos normales, honestos y con ganas de pasarlo bien en este oficio tan lleno de interesados. Trabajamos en varios proyectos durante mucho (¡mucho!) tiempo. Probamos un formato en Tv3, pero no nos salió bien. Otros hubieran escondido la cabeza debajo del ala, pero nosotros no tenemos alas. Recuerdo que una noche de viernes fui a ver a Berto en solitario con su monólogo en el teatreneu de Barcelona. ¡Aluciné por un tubo! ¡Era nuevo y muy bueno! Pensé: «no puede ser que no funcione Berto en la tele». Y les propusimos apuntarse al nuevo carro del programa en laSexta. Ante el tropiezo, convicción y apuesta. Se apuntaron el propio Berto y su escudero Rafel, que es de Falset aunque no conozca a Toni Orensanz. ¡Bendita decisión!
Berto
Ahora ya son de los nuestros o nosotros somos de los suyos. Les decía el otro día en un encuentro con los guionistas que no me imagino este programa sin ellos. No podría ser. Berto significa un montón de cosas y es de los mejores humoristas que he conocido. Por eso le propuse que me sustituyera la noche que estaba en Madrid. No voy diciéndolo todos los días por ahí. Es más, no lo había dicho nunca. Berto y sus compinches, significan que no hay que perder nunca la ilusión de tirar hacia adelante y agregar nuevos y buenos compañeros de viaje. Cada noche me sorprende. Y lo mejor de todo, es que se merece todo lo que le pasa porque encima es buen tío. Le estoy empezando a coger una manía…

He visto la Luz

Jueves, 29 de noviembre de 2007

Y me alegro un montón.
Luz Casal, está de vuelta. Más joven y sabia. Ha superado su enfermedad con fuerza, honestidad y optimismo. Y, encima, vuelve cargada de canciones y proyectos. Otra lección de la gallega incombustible que gana con los años.

Cuando entró en nuestro plató, recibió el aplauso más largo y sincero de la temporada. Esas cosas se notan. Un aplauso cargado de cariño y respeto, de parte de sus aficionados. Tengo ganas de volver a verla en directo y le agradezco, como siempre, que nos escogiera para contar todas esas cosas que le pasan por la cabeza y que no tienen nada de tóxicas. Al revés: la música cura.

Camino de La Moncloa (3)

Miércoles, 14 de noviembre de 2007

Hoy dormiré en Madrid. Mañana, muy pronto para un humorista, iremos a La Moncloa para la entrevista con el Presidente. Me dice el Follonero: «Va a ser la primera entrevista que concede después del incidente con Chávez en Chile». Más responsabilidad.
Es el momento de recordar que no tengo la carrera de periodismo. Así que me he arropado con mi equipo y me llevo un puñado de preguntas, algo de olfato y mi experiencia que siempre va conmigo.

Presifuente

ZP presentó ayer en Madrid, la biografía que ha escrito Suso de Toro. Compruebo que EL PAIS le mete un poco de caña. «La política entra en la academia de la lengua», titulan. Ya sabemos que PRISA está rebotada con el gobierno Zapatero por lo de la guerra del fútbol. ¿Puede cambiar la orientación periodística de un grupo, por motivos empresariales? Se ve que sí y me desanima comprobarlo.
Una frase enigmática del mencionado libro. «El poder es exactamente tal como me imaginaba». Otra más del Presidente que recuerdo de otra entrevista escrita: «La política es el arte de cambiar las cosas». Un más de Darío Fo: «El poder no tiene sentido del humor».

Espero que mañana pueda aclarar y desmentir. Y también divertirme y vivir la experiencia. Las cosas pueden ser más fáciles de lo que creemos. Creo que esto es budista. No sé. Vaya lío llevo.

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