La comedia siempre llega antes al lugar de los hechos. Luego habrá que valorar si se aplica. Si hay drama, debe esperarse un poco. Si no es así, la risa actuará como un primer auxilio ante cualquier acontecimiento.

La comedia siempre llega antes al lugar de los hechos. Luego habrá que valorar si se aplica. Si hay drama, debe esperarse un poco. Si no es así, la risa actuará como un primer auxilio ante cualquier acontecimiento.
Un pollo de goma como símbolo de la comedia. Eso no lo vimos venir. Por previsible, básico e infantil.
Pero… quizás ahí esté la explicación.
Un pollo de goma y sus ruiditos en manos de cómicos que lo han hecho casi todo durante muchos años pero que no olvidan quitarle hierro, importancia y pompa a algo tan sencillo como la risa. Sacas un pollo y la gente se ríe. ¿Quién puede resistirse a eso?
Enloquecí. Teníamos hielo, Javier Coronas, libertad absoluta, tiempo y un público con ganas. Lo siguiente vino rodado: pedí algo donde encaramarme como una cabra para lanzar el megacubito.
El equipo sufría pero, claro, qué iban a hacer… Así que tiré hacia adelante. «¿Querían improvisación? Pues la van a tener». Y salió bien. Porque en comedia, todo lo loco sale bien. Es de verdad. Verdad loca y gamberra. Funciona y ya está.
¡Sí! ¡¡¡Me gusta este oficio!!!