Navegar por la red, a veces tiene premio. Esta es la historia de un librero, un hombre que compra libros de segunda mano cada día. Hasta ahí, todo normal.
Lo bueno, lo diferente, es que se ha dedicado a recopilar y mostrar, todos los marcapáginas que encuentra dentro de los libros. Fotos, dibujos, billetes, postales, lo que sea. Es un inofensivo asalto a la intimidad de los antiguos lectores, a sus mundos, sus recuerdos olvidados. Marcas que ya no marcan.
Marcas olvidadas
Padres monos
Cuando ves a gente muy «rara» ejerciendo de padres, se te pasan todos los temores. Esos típicos «temores» masculinos que te asaltan cuando se supone que debes tener hijos. Ese «no podré» o «no voy a saber cómo criarlo…».
Si dependiera de los tíos, la especie humana se hubiera extinguido hace millones de años. Menos mal que la naturaleza es práctica y dijo: «¿sabes qué? esto lo van a llevar las mujeres». Gran decisión. Bueno, el caso es que alguna gente rara o diferente o chiflada directamente, han publicado un libro genial titulado «Padre, el último mono«.
Oriol Jara (guionista), Roger Rubio (también guionista), Rafel Barceló (otro guionista) y Berto Romero… ¿cómo defino a Berto? son tipos brillantes que escriben muy bien lo que piensan y viven. Y lo que viven ahora es su papel como cabezas de familia. ¡Alucino! También me alegro por ellos porque son buena gente aunque no puedan mantener una conversación más larga de cinco minutos. La cabeza les va a mil por hora y empiezan a dispersarse.
Ya podéis comprar el libro, no os defraudará. Le pedí a Berto que me enviara por mail una foto que para él simbolizara eso tan difícil de ser padre. Me mandó la que adjunto. ¿Veis como os decía que son raros? Enhorabuena por el libro chicos.
Pau Arenós, el mejor en lo suyo
El periodista Pau Arenós es el mejor explicando la cocina, sus gentes, sus platos, sus tendencias, su pasado, su futuro, su todo. Decir que uno es el mejor en lo suyo parece fácil, pero lo que tiene es mucho mérito.
Conozco a Arenós desde hace mucho tiempo. Fue el primero en entrevistarme cuando hacíamos EL TERRAT en Radio Barcelona, tomándonos en serio. Con respeto, cachondeo y escuchando. Porque, aunque no lo parezca, Arenós escucha y luego habla bastante (todo interesante), pregunta y lo remata escribiéndolo con una sensibilidad exquisita rozando la poesía.
Una vez escribió una novela y me pregunto qué me había parecido. «Demasiado buena» le dije. Escribe tan bien que aquella novela era como tres, todo caldo, todo sustancia.
Cuando Arenós habla, los chefs españoles (posiblemente los mejores del mundo) callan. Lo he visto con mis propios ojos. Y no dogmatiza. Solo documenta, explica, razona y compara, porque tiene tantos platos en la cabeza que yo no se cómo puede hacer la digestión.
El tío es listo, tiene retranca, muchos kilómetros, muchas servilletas anudadas al cuello y es de Castellón. Es un amigo que no pide favores. Un vitalista disfrazado de crítico. La cara lo delata.
Créanme: compren este libro sobre el fenómeno de los fogones en nuestro país y no compren ninguno más. Ya está. (Que conste que la última comida con Pau la pagué yo).
Honestidad imprescindible
Maravillado me he quedado con este libro del cantante y alma mater del grupo Eels. Nunca había leído a un artista contarse con tanta honestidad, naturalidad y antidivismo. Y todo eso, a pesar de tener una biografía repleta de tragedia, de búsqueda constante y la defensa de las propias ideas y de eso que llaman éxito. Lo recomiendo de corazón.
Buscar un libro
No es fácil encontrar un libro concreto y, mucho menos, si eres el autor.
No se por qué motivo, siempre pasa algo. O se ha acabado o no lo tienen o, como en este caso, hay que buscarlo como un detective.
Lo encontré en el apartado de diseño y arquitectura.