Todo el mundo coincide en lo importante que es saber reírse de uno mismo. Pero, llegado el caso ¿cuántos lo harían de verdad? Yo creo que pocos. Hay que estar ahí, en un momento jodido y pensar: «vale, le quito hierro, me río un poco de mi mismo y tiro para adelante».
Hacer eso es un signo inequívoco de inteligencia y Manel Navarro lo hizo. Tras el descalabro eurovisivo, reconoció su culpa, habló y se rió de su gallo y, por consiguiente, lo ho neutralizado todo. Lo está pasando mal pero le durará menos. Estuvo en «Late Motiv» con esa actitud y encima cantó bien. Quisimos reírnos con él y luego permitirle que se expresara como artista. Como el músico que es de veintiún años. Lo queríamos todo y nos lo dio. Solo podemos estar agradecidos y desearle suerte para el futuro. Reír no solo es la única salida. Es la mejor. No afluixis nen.
Reír(Se)
El placer de sentirte bien acompañado
Eso es lo que busca todo presentador de este tipo de programas: sentirse bien acompañado. Estar con alguien que casi «se entreviste solo». Alguien con encanto, con cosas que contar, que transmita amor por lo suyo y que sea una persona simpática, con luz. Todo eso sentí la noche en la que vino Martirio. Y encima cantó y encajó el «homenaje» de la Niña. Muchas gracias.
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Asombro
Todavía no salgo de mi asombro. El pasado 23 de enero, Sílvia apareció por sorpresa a lo Marilyn. Se estampó con un pastel en la cara y yo pensé: «¡como me sigue gustando la televisión!». También pensé: «que no me manche por favor».
Cumplir
Este ha sido uno de los mejores cumpleaños que recuerdo. Me ha pillado trabajando en lo que me gusta, rodeado de mi fantástico equipo, con la emoción del directo y el público al que siempre agradezco que venga. Y Sílvia se tiró por sorpresa y de cabeza a un pastel. Todo el mundo estaba contento. Y yo el primero. Un buen premio para tantos días y noches de esfuezos. Y, esta noche, volvemos a la carga. Como debe ser.
PD: Ah, cumplí 49. Una edad que no está ni bien ni mal.