Las vacaciones

Martes, 2 de octubre de 2012

Las vacaciones se van casi tan rápido como llegan. Y se van con maleta como uno se va de viaje. En este ferry, las maletas (¡ay, si hablaran, con lo que han visto!) se amontonan ante una foto que hace las veces de paisaje. Es la escenografía del traslado. De aquí para allá. Un mar con arañazos negros que son las huellas de goma que los equipajes van dejando en su deambular. Huellas de goma. Muescas de cientos y cientos de pasajeros que decidieron buscar un lugar mejor para pasar el calor.
Porque, ya que hay que sudar, qué mejor que hacerlo cerca del mar. Eso, mientras se pueda, claro. Cada año te dicen «ha venido menos gente» en los lugares de veraneo, pero tú sigues viendo demasiada gente.

«Fotodiario» en El Periódico

Las vacaciones

Demasiadas cosas en la cabeza

Jueves, 24 de mayo de 2012

Casualidad fatal: anoche hablaba con mis mejores amigos sobre la incapacidad de acumular tantos datos en nuestras cabezas de casi cincuenta años. «La mía está a tope, ya no me cabe nada más, se me olvidan las cosas», decía uno. Otro añadía: «Cada vez que debo entender algo nuevo, sé que esto empujará algo antiguo y que lo olvidaré». Cabezas como discos duros hasta el límite, con el ventilador en marcha para que no estallen del recalentamiento. Así está la mía, la de muchos.

Esto es una gran olla a presión. Y van y me escriben de Interviú: que voy tarde. ¡Joder, se me olvidaba! Claro, normal. Tengo la cabeza como una bandada de miles de golondrinas enloquecidas. Primas de riesgo, crisis, indignados, recortes, bancos, créditos, urgencias, mi programa que se acaba, ¡malditas audiencias!, ¿qué quiere la gente?, ¿seré yo?, ¿quién soy?, ¿alguien sabe quién es de verdad?, ¿nos estamos «estupidizando»?, ¿tendrá razón Vargas Llosa en su último ensayo?, más crisis, titulares apocalípticos, primeros incendios de primavera, vacaciones sin ganas, muchos sin vacaciones, golondrinas, golondrinas, golondrinas… ¿Por qué las veo oscuras?, ¿tendría razón Bécquer? ¿Hubo algún tiempo bueno para la lírica?

«El Berenjenal» en Interviú.

Sin tecnología

Martes, 24 de abril de 2012

Hubo un tiempo en el que la única tecnología que existía era la que el hombre podía ejecutar con sus propias manos. La historia se ha hecho así, hasta que las máquinas entraron en nuestras vidas. Primero máquinas a vapor, luego electrónicas y ahora casi «inteligentes». En Zanzíbar, algunos pescadores conservan las embarcaciones de toda la vida, las de antes. Modestas y orgullosas, están construidas con viejas maderas y cuerdas de la más diversa procedencia. Daba gusto verles manejar las velas con su fuerza y su destreza. Aquella tarde navegamos sin motor y sin GPS. No hacía ninguna falta.

«Fotodiario» en El Periódico

Zanzíbar

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