Demasiadas cosas en la cabeza

Jueves, 24 de mayo de 2012

Casualidad fatal: anoche hablaba con mis mejores amigos sobre la incapacidad de acumular tantos datos en nuestras cabezas de casi cincuenta años. «La mía está a tope, ya no me cabe nada más, se me olvidan las cosas», decía uno. Otro añadía: «Cada vez que debo entender algo nuevo, sé que esto empujará algo antiguo y que lo olvidaré». Cabezas como discos duros hasta el límite, con el ventilador en marcha para que no estallen del recalentamiento. Así está la mía, la de muchos.

Esto es una gran olla a presión. Y van y me escriben de Interviú: que voy tarde. ¡Joder, se me olvidaba! Claro, normal. Tengo la cabeza como una bandada de miles de golondrinas enloquecidas. Primas de riesgo, crisis, indignados, recortes, bancos, créditos, urgencias, mi programa que se acaba, ¡malditas audiencias!, ¿qué quiere la gente?, ¿seré yo?, ¿quién soy?, ¿alguien sabe quién es de verdad?, ¿nos estamos «estupidizando»?, ¿tendrá razón Vargas Llosa en su último ensayo?, más crisis, titulares apocalípticos, primeros incendios de primavera, vacaciones sin ganas, muchos sin vacaciones, golondrinas, golondrinas, golondrinas… ¿Por qué las veo oscuras?, ¿tendría razón Bécquer? ¿Hubo algún tiempo bueno para la lírica?

«El Berenjenal» en Interviú.

Sin tecnología

Martes, 24 de abril de 2012

Hubo un tiempo en el que la única tecnología que existía era la que el hombre podía ejecutar con sus propias manos. La historia se ha hecho así, hasta que las máquinas entraron en nuestras vidas. Primero máquinas a vapor, luego electrónicas y ahora casi «inteligentes». En Zanzíbar, algunos pescadores conservan las embarcaciones de toda la vida, las de antes. Modestas y orgullosas, están construidas con viejas maderas y cuerdas de la más diversa procedencia. Daba gusto verles manejar las velas con su fuerza y su destreza. Aquella tarde navegamos sin motor y sin GPS. No hacía ninguna falta.

«Fotodiario» en El Periódico

Zanzíbar

El frío pasará

Martes, 7 de febrero de 2012

Algún día. Seguro. Porque acabará el invierno y vendrá el buen tiempo. Si, ya se que todavía queda mucho pero no se me ocurre otra manera de combatir la «ola siberiana» que la imaginación. Esto es Formentera (sin italianos).

El frío pasará

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