Reportero de mi mismo: el taller

Miércoles, 8 de agosto de 2012

Tengo una cámara de fotos, tengo mi taller, tengo tiempo: voy a hacerme un reportaje. Eso es lo que pensé. En realidad, decidí no tocar nada, ni remover en los archivos, ni disponer una presentación convencional de mi trabajo, (trabajo que va amontonándose en carpetas, por cierto). Lo único que hice fue ir disparando sobre ese material que parece estar vivo, que te «mira», el resultado de pruebas o nuevas líneas de estilo o quién sabe qué… Por ahí andan las acuarelas, las fotos intervenidas, sencillamente fotos, algo de ilustración…

Decía Barceló que a veces dejas una obra y al día siguiente cuando la vuelves a mirar ya ha cambiado. Eso es lo que hago a menudo: las dejo y regreso. ¿Han cambiado ellas o he cambiado yo? Ahora, en agosto, aprieto el acelerador de la creación. El arte (probar, jugar y disfrutar con él), es la mejor medicina para soportar la cruda realidad. También es una reacción, una respuesta, una huida siempre hacia adelante.


Taller

Como Barcelona 92, nada

Jueves, 2 de agosto de 2012

Soy así de tajante, qué quieren que les diga. Estos días, con motivo del arranque de los Juegos de Londres y la conmemoración de los veinte años de Barcelona, la nostalgia se ha cebado en mí con su dulce latigazo. Por decirlo de una manera rápida: es la mejor experiencia que he vivido en mi vida, a todos los niveles. Y creo que hablo en nombre de miles, de millones de personas. Fue un tiempo en el que fuimos felices, capaces de afrontar el mayor reto de nuestra historia moderna, fuimos anfitriones generosos, emprendedores sin límites, estábamos unidos ante un objetivo común, subimos veinte peldaños en la escalera que lleva a la modernidad y todo eso… Lo vio el mundo entero. No me digan que fue un sueño, porque no lo fue. Fue una realidad magnífica, brillante, de colores, de alegría y de profesionalidad.

Estos días me pregunto cómo hemos podido llegar a estos lodos desde aquellos campos en flor. Cómo hemos dejado que oscureciera y se empañara aquel espíritu olímpico. No era un eslogan, ¡era de verdad y lo protagonizábamos nosotros! No tengo la respuesta porque las sociedades son demasiado complicadas como para entender sus transformaciones y deformaciones. Solo he pensado una cosa: dicen que el éxito de Barcelona 92 fue mérito de la gente. La misma gente que ahora (y se nota) está empujando con su inconformismo y su indignación el cambio lento pero implacable de un mundo enfermo, de un capitalismo que se muere. La gente, nosotros, somos los únicos capaces de provocar milagros. Y lo vamos a volver a hacer. Quizá la llama olímpica no esté apagada. Estos días quiero confiar en eso.

«El Berenjenal» en Interviú.

Más madera

Jueves, 26 de julio de 2012

España está cabreada. Muchos salen a la calle y lo gritan, otros lo comentan con rabia e impotencia, los hay que callan y otorgan. (¿Qué pensará el votante del PP en estos momentos?).

El hachazo de los recortes es de tal contundencia que hacía prever lo que está pasando, y esto no ha hecho más que empezar. Los ciudadanos vemos como, otra vez, nos dan donde más duele con ese discurso de la austeridad que ya suena a penitencia impostada. ¿Había que asestarle esta estocada a la cultura con un IVA de récord Guinness? Y lo que es peor: todos los especialistas coinciden en que no podrán cumplirse los planes y no bajaremos el déficit ni locos. Este callejón sin salida da miedo. ¿Hacia dónde vamos? No creo que nadie lo sepa porque aquí no hay líder, ni se le espera. No recuerdo un verano tan caliente, y no estoy hablando del clima.

«El Berenjenal» en Interviú.

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