Llega el verano y revive mi estudio de pintura. Un estudio que habito menos de lo deseado. Ahora, con la llegada de las vacaciones de agosto, espero sumergirme y rodearme de todo eso que vive en mi cabeza sin yo saberlo. Lo bueno es que sale a través de los colores, la pintura, los ratos en soledad, escuchando música, sin pensar en nada concreto (que ya es mucho). Algunas obras están ahí esperando como diciendo «vienes o qué?». Ya voy, ya voy…
Color en el estudio
Cuanto mayor te haces, más calor tienes
Es así, aunque no queramos reconocerlo porque eso lleva implícito reconocer que te haces mayor, más viejo.
Cuando era pequeño no me daba cuenta de nada y, en verano, podía jugar en la calle hasta deshidratarme. Ahora, busco más el aire acondicionado que el wifi. Con eso lo digo todo. El calor me embrutece, me cabrea, me nubla… Yo creo que soy peor persona. Me puse a pintar en plena ola de calor y me salió un ojo dentro de unas llamas. «Ojete calor», dijo alguien en Instagram. Bien visto. (Luego en invierno nos quejaremos del frío. No nos gusta nada)
Ya…
Por mi, el verano ya estaría
Sigo a la espera del programa. He visto gente reunida y luz en el plató. Algo se mueve. Yo ya estaría del verano. Me he quemado al sol, he cambiado pañales, he andado por la montaña (con sus agujetas correspondientes) he pintado mucho, he alucinado con lo de Pujol, he comido y bebido más de la cuenta, he reído, he leído y he dormido (nunca lo suficiente).
Ya si eso, me voy mentalizando para volver a trasnochar. Espera que tengo un llamada… Ah no… se equivocaban de número. Bueno… Y vosotros ¿qué tal?
Sigo preparado
Sigo con mi plan de preparación para la nueva temporada de «En el aire».
Que digo yo que ya será pronto porque ha vuelto todo el mundo a la televisión. Son cosas que se saben. Estaba dudando entre hacer un programa especial desde el extranjero o participar en un triathlon o algo así. Algo espectacular. Finalmente he optado por ir al parque. Con el teléfono siempre conectado, eso sí. Yo creo que ya queda poco.