El muro

Martes, 14 de agosto de 2012

El primero, no el de Pink Floyd. Estuve en Jerusalén y fui a todos los sitios dónde hay que ir. A los sagrados y a los normales. Fue un vuelo rápido sobre la ciudad dónde las religiones se cruzan, a veces como navajas, y el misticismo crece en las piedras como un liquen. Vi a esos hombres con extraños sombreros, tirabuzones imposibles y una mirada perdida en el pasado.

Una ciudad donde se sonríe poco, porque parece que la religión está a años luz del sentido del humor (eso ya lo sabía). Vi muchas cosas y entendí muy pocas. Al final, me encaramé a una azotea para buscar una perspectiva mejor, una distancia que me permitiera una cierta lucidez… Ni por esas. Creo que el muchacho que contempla el muro estaba como yo, pero él no puede decir ni escribir. Tan solo puede pensar.

«Fotodiario» en El Periódico

El muro

La situación

Martes, 12 de junio de 2012

Me enteré de lo del rescate a España o la financiación o como quieras llamarle al desastre, de viaje por Israel. Menos metáforas y más concentración que caen chuzos de punta como flechas disparadas por una tribu (centroeuropea). A mi no me importa si Rajoy se va al fútbol o no. Lo que me importa es saber si este hombre y su gobierno es consciente del bloqueo de las economías de todas las empresas y familias del país. Como la pasta de Bruselas no circule y vuelva a regar de sangre todo el sistema financiero pero de verdad, aquí se va a liar una guapa.

El caso es que estábamos en Tel Aviv, trabajando, y las paredes de la ciudad (como la de esta foto) me recordaban que en todas partes cuecen habas. Que todos, en algún momento, le han visto las orejas al lobo, al miedo, al conflicto… Los israelitas, con sus religiones cruzadas y esa tensión que está pero no está, saben mucho de malos tragos. Y nosotros, los españolitos, debatiendo acaloradamente cómo demonios hemos llegado hasta aquí y si nos vamos a enterar de una vez por todas que el capitalismo como lo hemos (mal) entendido es una ballena herida que lo arrasa todo a su paso.

Hablamos y hablamos. Pusimos nombres y apellidos al desaguisado, brindamos por un mundo más justo. Allí, en aquella última playa del Mediterráneo había cabreo pero también esperanza. Como mínimo, nos desahogamos.

Todo está conectado. Obama ve peligrar su reelección si Europa se rompe. Estados Unidos debe su dinero a China… Vamos que, un día de estos vamos a cambiar Alemania por China y se van a acabar los chistes sobre los asiáticos. Es como si todo el mundo anduviese con los pelos de punta como el dibujo de la foto. Nunca un trazo, contó tantas cosas. Pelos de punta, sonrisa quebrada, ojos como platos…

La situación

Viajar cómodo

Martes, 22 de mayo de 2012

Encontré estas fantásticas zapatillas en un escaparate de Madrid. Discretas, con la fiabilidad de haber sido fabricadas en China, con apariencia de ser muy cómodas y, sobre todo, baratas. ¡Solo 3 euros! Me compré las atigradas rojas (las amarillas llevaban cartón) y las voy a llevar siempre de viaje. Incluso puede que me las ponga en los largos vuelos transoceánicos. Mucho mejor que las que te regalan en los hoteles. ¡Dónde va a parar! Solo hay un problema: al ser talla única me cuelga un poco el talón. Nada grave. Ya me acostumbraré.

«Fotodiario» en El Periódico

Zapatillas

Desagradable

Miércoles, 9 de mayo de 2012

Lo siento pero hoy seré desagradable. No yo, sino la foto, la escena, los protagonistas de la macabra situación. Esto es África, el Serengeti y… los buitres. Los animales que nadie invita porque se invitan solos. Los parientes odiosos que se alimentan de lo que los demás no quieren. Los bichos que salen poco en los documentales porque no «quedan bien» y se diría que afean el maravilloso espectáculo que otros han cazado. Pasé más de media hora observándolos y vi cómo se pelean entre ellos, cómo aprovechan sus largos cuellos… Definitivamente, no es un animal para tenerlo como mascota.

«Fotodiario» en El Periódico

Buitres en el Serengeti

Sitios feos

Martes, 27 de marzo de 2012

Hay sitios muy feos, lugares en los que la belleza pasó de largo y la basura se quedó. Costuras del mundo, rincones sin limpiar, acumuladores de porquería. Muy feos, vamos.

Estábamos de viaje y paramos en una área de autopista. Está demostrado que ahí es donde se concentran la mayoría de sitios feos, desagradables que no sirven ni para esconderte. Le pedí a Mia que me hiciera una foto en ese fallo del sistema. «¿Para qué?» preguntó con buen criterio. «Cosas mías. Ahora colecciono fotos de sitios feos». Mia sonrío que es una manera de decir «este tío es gilipollas». Conozco esa sonrisa porque me conozco a mi.

Sitio feo

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