Eso es lo que me dije cuando me licencié de la mili, tiré el petate al río y volví a sentirme libre: «¡No hay cuartel!». Primer chiste del retorno.
Esta portada de El Periódico de hace una semana, puede resultar engañosa. Jamás me he peleado con nadie y, mucho menos, con mi amigo y socio Jordi Évole. Sencillamente nos prestamos al juego que nos planteó la excelente periodista Ana Sánchez. Las fotos son de otro crack que se llama Albert Bertrán. Nos subimos a un ring de mentira, pero tanto Jordi como yo sabemos que en la tele no competimos con nadie, sino que «coincidimos». Siempre lo hemos dicho. La competición es de las empresas y lo de la audiencia, ese baremo de doble filo que entre todos hemos aceptado. (Me gustará ver qué pasa ahora con la implantación definitiva de la TDT).
Pues eso. Que ya estamos aquí, para volver a sudar, pero nada de sangre, ni golpes bajos. Jordi y yo coincidimos en otra cosa: tenemos libro nuevo, caliente, lleno de verdades y bromas, donde vuelve a quedar claro que nos encanta esto de la tele.