Satisfacción

Martes, 5 de julio de 2011

Siento una enorme satisfacción en estos momentos. Orgullo por el trabajo que hemos hecho, por el cariño y el respeto de los que nos siguen, nos observan y hasta nos analizan.

También siento añoranza de la adrenalina y un poco de rabia. Ahora que nos vamos se multiplican los acontecimientos. Esto último no es grave. Este país y el mundo entero son una fábrica constante de material para los cómicos.

No hay programa, pero en El Terrat, no paramos. Ya tengo la cabeza en el futuro. Hay un montón de cosas por hacer. Gente buena y con talento con la que contactar, ideas que parir, sorpresas que sembrar. Como le decía a Basté en RAC 1: «yo me motivo solo».

Ya veréis, ya…

Satisfacción

La radio, la vida, la fidelidad

Miércoles, 29 de junio de 2011

Este niño que luego aparece con barba se llama Jordi Doménech. Ayer estuve con él en la radio de Sant Just Desvern donde trabaja. Me contó que hace quince años vino al EL TERRAT de radio, el programa «donde todo empezó» en la Cadena SER. Es un fiel seguidor que conserva grabaciones, recortes, fotos y su propia experiencia, no me digas que no es emocionante…

De repente me di cuenta de como la radio se mete en la vida de la gente para siempre. Esta vez, me entrevistó él y luego repetimos la misma foto. Intenté poner la misma cara. Gracias a Jordi y a todos los seguidores después de tantos años. Ahora que estamos a punto de cerrar un ciclo, es bueno mirar de donde venimos, recordar que hubo un pasado y lo más importante: habrá un futuro todavía mejor.

La radio, la vida, la fidelidad

El odio

Martes, 12 de abril de 2011

Sabía que iba a pasar lo que pasó. Invitamos a la ministra Sinde, aceptó, no se pactó nada de nada y, después, una buena cantidad de personas me han puesto a parir. No entiendo tanto odio.

Quizás la ley Sinde tenga sus fallos. Seguro. Pero, ¿de dónde sale tanta agresividad? Los que me critican, no deben ver el programa muy a menudo. Yo no soy como querían que me comportara y no voy a permitir que se me juzgue después de más de veinte años de ejercicio de la profesión en libertad.

Estamos en plena transformación social e industrial. La cultura tiene el enorme reto de adaptarse a la realidad digital, respetando a todas las partes: creadores y consumidores. A base de gritos y descalificaciones no haremos nada. Con la gratuidad no iremos a ninguna parte. Bueno sí: nos vamos más al fondo de la ruina.

Estoy convencido de que han faltado toneladas de pedagogía por todas las partes, para trabajar codo a codo en la construcción de este futuro. Cuando se legisla, hay que saber explicarlo. Cuando uno incendia las redes, debe haber leído la ley, sus pormenores. ¿Lo han hecho todos? Diría que no. Necesitamos contenidos que protejan a los creadores, webs de pago baratas, mejores conexiones y a mejor precio, expulsar a la piratería, modernizarnos y estar al nivel mundial. Odiándonos no conseguiremos nada. No he firmado ningún documento ni a favor, ni en contra de la dichosa ley.

Solo quiero un país civilizado, bien comunicado y con sentido del humor. Cuando me insultan me hago pequeño.

El ejemplo Gabilondo

Martes, 18 de enero de 2011

Yo no quiero entrar en la decisión que llevó al cierre de CNN+. Es la decisión de una empresa con graves problemas económicos, en el marco de una penosa situación del sector en cuanto a valores y en mitad de un proceso de compra por un gran grupo. Ahí es nada.

Yo quiero hablar de Iñaki. El locutor que yo miraba de escondidas cuando venía a Radio Barcelona y nosotros hacíamos El Terrat. El comunicador con rigor, sensato, crítico, cercano cuando hace falta, distante y periodista cuando es necesario. El hombre que escucharías toda la noche y que (¡por fin!) pudo acudir a nuestro plató.

Era uno de esos momentos que saboreé y disfruté, sintiéndome orgulloso y contento a la vez. La televisión que me gusta es así: genera momentos como estos, te hace sentir listo y respetado como espectador, necesario y agradecido como presentador.

Anoche volvió a pasar lo que sucedía en la radio hace veinte años: «hoy viene Iñaki», decía la gente. Eso es lo que generan los personajes únicos. Y no hay tantos. Os lo digo yo que llevo media vida en esto.

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