Hablamos poco pero lo entendemos todo. Javier siempre está ahi, en su caos preparado, en su incorrección endémica. Javier Coronas siempre parece que está volviendo a casa después de un largo día pero, en realidad, está a punto de darlo todo con una generosidad que ya no se lleva.
Comediante por naturaleza, escéptico de manual, harto de imposturas y dignificador del exabrupto. Este señor es mi amigo. Vive en otro mundo más auténtico que el nuestro y viene una vez a la semana para recordárnoslo.