Otra jornada del día del libro en Catalunya, el mítico Sant Jordi, el día de la gente, de los libros, de las rosas, del buen rollo.
Y ahí estaban, otra vez, montones de buenos seguidores, haciendo cola para recibir una firma, para compartir unos instantes, para renovar ese pacto que nos mantiene vivos. Porque los seguidores, vosotros, sois toda la razón de nuestro trabajo. Ni «twitters», ni audiencias, ni estrategias, ni márketing, ni nada. La gente para la que trabajo desde 1989, que es cuando me convertí involuntariamente en cómico, o presentador o comunicador o lo que sea.
Le pregunté a este seguidor si podía usar su foto. «Vale». Me gustaba su camiseta, su manera de no pedir nada importante: solo una firma, un mero contacto. Con esas toneladas de cariño he vuelto a considerarme un afortunado y capaz de afrontar los mayores retos. Gracias a todos. Juntos podemos con todo.