La lección

Miércoles, 18 de noviembre de 2020

Siempre decimos que hay que saber reírse de uno mismo como si eso fuera fácil. No lo es ni mucho menos. El pudor, la autoestima, esa tendencia de estar a la defensiva o vete tú a saber qué otros resortes, actúan como frenos y lo hacen muy difícil a veces contra nuestra voluntad.

Aunque finjamos que sí, que somos tolerantes y autoparódicos, a menudo no lo somos. Por eso, cuando Ferran Adrià aceptó entrar en el juego de sorprenderme, de venir a Madrid en plena pandemia para entrar al trapo, me demostró (otra vez) su grandeza. Sabía que yo le parodiaba y no le importó. «Mira lo cabreado que estoy», decía sonriendo. Y yo, como cómico un poco cobarde que soy, me quedé en paz.

Los cómicos nos desatamos trabajando pero nos cortamos ante los parodiados. Es así. De lo contrario estaríamos locos, rayando la psicopatía.

Adrià puso todas las piezas en su sitio. Restableció el orden, justificó la comedia, me dió paz y alas. Por eso es uno de los más grandes que he conocido. «¿Shalha o shopa?»

Ferran Adrià y Andreu Buenafuente

Personas cárnicas

Lunes, 3 de febrero de 2020

Así las llamamos en el ‘Nadie’: cárnicas pero sobretodo, si me permiten, personas.

Un montón de buena gente que decide conscientemente invertir dos horas de su tiempo para ver como Berto y un servidor improvisamos como si no hubiera un mañana.

Un cómico sin público es solo un señor diciendo tonterías. El público es la mitad de nuestro trabajo. Su complicidad nos completa y nos justifica. (Espero que también nos perdone). Gracias y Samanté por seguir ahí después de tantos años, en Madrid, en Barcelona o allá donde vayamos con nuestra ceremonia de la ignorancia.

Público

El premio

Viernes, 15 de noviembre de 2019

El premio, en realidad, es hacer lo que te da la gana, disfrutar con ello y que a la gente le guste y te lo haga saber. No se me ocurre una mejor combinación.

Es la perfección para alguien que se dedica a esto. Y eso es lo que siento con el NADIE SABE NADA. El programa más «gustoso» que he hecho nunca, como publiqué en las redes. Pero no hay que ser desagradecido. El otro premio, el ONDAS, también nos hizo mucha ilusión. Es reconocimiento, es la ocasión de poderlo agradecer, es ponerse un traje y volvernos a encontrar, los dos ajetreados amigos.

Berto está grabando su serie (el día siguiente empezaba a las seis de la mañana) y yo dejé mi programa ‘Late Motiv’ grabado

El premio es otra cosa también. Es TRABAJAR. Sentirte útil, que todavía tienes algo que contar después de treinta años en esto.

El premio
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