Viene el ministro de Sanidad, dice que va a cerrar el plató y que presenta él. Lo hace. Luego vuelve a salir y canta por Héroes del Silencio. Eso solo puede pasar en ‘Late Motiv’. Eso solo puede hacerlo Raúl Pérez. Diría que está en su mejor momento pero luego se ríen de mi. (Aunque, por suerte, hace 30 años que eso sucede)
El ministro
Jueves, 15 de octubre de 2020
Obsesión Samanté
Viernes, 2 de octubre de 2020
Cuando fracasa
(otra vez) la política
Viernes, 18 de octubre de 2019
Otra vez
Lunes, 7 de octubre de 2019
Los clásicos nunca mienten
Miércoles, 3 de octubre de 2018
Como fan acérrimo de Groucho Marx debo decir que no podían hacerme mejor regalo los guionistas de 'Late Motiv' con la pieza de anoche. Por eso lo hicieron: porque no lo saben. «Un día de estos voy a pensar seriamente en pagarles» (dicho a lo Groucho).
Meterte en la piel de un clásico es un ultraje amigable que proporciona una gustera estratosférica. Me dió por andar y andar. Y surgió la magia. Un tema tan complejo como «El Procés» por fin podía ser diseccionado a machetazos de ironía. Yo solo hice de medium cómico. O sea la mitad de un cómico. La otra mitad era un genial señor con bigote que era el más libre y gamberro de aquel mundo en blanco y negro.
Bendito seas Groucho y gracias por la parte que no te toca.
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