‘Todo Pasa’ en iVoox
Capítulo 5:
Pinto, luego hablo
Los buenos hacen
fácil lo difícil
Lo recuerdo como un programa difícil o complicado, a priori. Una tarde/noche que era un reto. Tenía por delante dos entrevistas para hablar de una peli dura sobre la guerra civil y sus consecuencias («La trinchera infinita») y una serie documental sobre el final de ETA. ¡Casi nada! Antonio de la Torre y Jon Sistiaga, cada uno con lo suyo me iban a abrir las puertas de sus mundos, sus trabajos.
¿Y qué paso? Pues que me lo pusieron muy fácil. Que conseguimos contarlo todo con madurez, sin frivolidades pero, además, en el marco de un programa de entretenimiento.
El equipo de guión y Raúl Cimas me ayudaron a conseguirlo. Y yo me sentí, al acabar, como si hubiera aprobado una asignatura complicada. Un late cuenta la vida y la vida a veces es dura, cruda y áspera. Me volví a sentir orgulloso de un programa maduro que puede transitar por todos los territorios, también el serio y humano. El que nos habla de cuando somos violentos e injustos.
La peli es un peliculón, por cierto, con Belén y el propio Antonio en estado de gracia. La serie de Jon es honesta, esclarecedora y muy bien trabajada.
Los buenos profesionales lo hacen todo más fácil.
Verano infernal
La semana pasada, el verano nos enseñó su peor cara. Era como si el infierno se hubiera dejado las puertas abiertas y un calor abrasador, insolente y autoritario lo envolviera todo. Más que calor, era un horno abierto. El aire quemaba y las nubes pesaban muchas toneladas, hasta que explotaban porque no podían más y, en un intento de apagar el incendio, descargaban lluvias alocadas y peligrosas. Todo muy extremo. Quizás fuera por eso (el calor no es bueno para nuestros maltrechos cerebros) que me pareció ver a Bárcenas como el señor de las tinieblas. El puto amo, el cancerbero del averno. Lo imagino sonriente, sentado sobre cientos de papeles de contabilidad a modo de trono y, desde esa posición de oscuro privilegio carcelario, tramando su plan de venganza contra sus excompañeros de partido. Todos esos políticos que supuestamente cobraban en B y que ahora se han puesto de acuerdo en negarlo tres veces antes de que cante el gallo. Y Pedro Jota, como un Tintín mesetario, viajando a ese infierno para desenmascarar a los malos, llevándose originales en su zurrón y poniéndolos a disposición del juez. Un juez que va loco, claro, y que tiene que volver a empezar.
En general, todo parece una serie de intriga política. Un «House of cards» de lastimosa pacotilla y nefastas consecuencias para todos. Porque esto es verdad y erosiona (más si cabe) la confianza de los ciudadanía en sus representantes. El calor arreciaba, pero Mariano no sudaba. ¿Lo ha hecho alguna vez? Incluso salió una heroína, Esperanza Aguirre. La mujer que siempre vuelve cuando menos te lo esperas. Esperanza alzó la voz e hizo un discurso de esos de película al que solo le falta música de fondo. Muy poco creíble, la verdad.
Así acabó el primer capítulo de la temporada, pero me temo que habrá más. Hay uno titulado Dimisiones, sobre el que los guionistas no se ponen de acuerdo y no se sabe si se va a rodar. En España no dimite nadie, sería inédito. Pero%u2026 alguna vez tiene que ser la primera, ¿no? Seguiremos atentos a Verano Infernal, la serie. (B) Verano Infernal, con una B entre paréntesis, quizás sería más irónicamente correcto.
«El Berenjenal» en Interviú.